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La pregunta reiterativa de estos días a propósito de la derogación de la decisión de RoevWade en Estados Unidos, es sobre lo que va a pasar en América Latina y en el mundo. Creo que esta decisión será, sin duda, utilizada políticamente por quienes se han opuesto, desde siempre, a la agenda de los derechos sexuales y reproductivos con especial fiereza con relación al aborto, sin importarles la vida, la dignidad ni la libertad de las mujeres; sin duda es una decisión equivocada, anacrónica y que producirá un enorme daño a las mujeres en los Estados Unidos y sobre todo a las más vulnerables y, sobre todo a las que viven en algunos estados profundizando las brechas y desigualdades entre las ciudadanas norteamericanas.
A esos que no se han conmovido suficientemente piensen si un buen día, cercano, a sus hijas les prohibieran educarse, o que pasaría si se sacara a referendo la esclavitud…Pero dicho eso, quisiera que pensemos seriamente que la única arista de la decisión de Roe no es la de sus efectos nefastos sobre la región, al contrario, es un momento para que Estados Unidos mire al Sur, desde donde hemos contribuido sustantivamente con la garantía del derecho al aborto. Los avances que hemos visto en la última década en Uruguay, México, Argentina y más recientemente en Colombia, nos afirman que USA puede aprender mucho del Sur: i) Los argumentos. Hoy tenemos una jurisprudencia enraizada en derechos fundamentales más allá de la privacidad porque hemos reconocido que la criminalización del aborto constituye una vulneración del derecho a la salud, a la igualdad, a la libertad de conciencia. Porque hemos instalado una crítica al uso del derecho penal para regular un servicio de salud como el del aborto; ii) Las estrategias: hoy podemos mostrar avances legales, constitucionales, sanitarios. Hemos incorporado los servicios de aborto en nuestros sistemas de salud, tenemos servicios y hemos ampliado el acceso al aborto con medicamentos y tenemos un contingente de mujeres apoyando a otras mujeres para abortar de forma segura; iii) El movimiento. Tenemos en América Latina un movimiento organizado, fuerte, en las calles, enfrentando la batalla cultural de este siglo: la libertad reproductiva de las mujeres
Ana Cristina González Vélez en el Foro de Organizaciones de la Sociedad Civil, IV Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de la CEPAL. Julio 28 de 2022.
Foto: ABC
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The reiterative question these days regarding the repeal of the Roe vs. Wade decision in the United States is about what will happen in Latin America and the world. I believe that this decision will undoubtedly be used politically by those who have always strongly opposed the agenda of sexual and reproductive rights, especially about abortion, without caring about women’s life, dignity, or freedom. Undoubtedly, it is a wrong, anachronistic decision that will cause enormous damage to women in the United States, particularly to the most vulnerable and those who live in some States, thus deepening the gaps and inequalities among American citizens.
I invite those who have not been sufficiently moved by the decision of the Court, to think if one day, suddenly, their daughters were banned from education or what would happen if slavery were called for a referendum…
Apart from that, I would like to seriously state that the only side of the decision of the Supreme Court is not its disastrous effects on the region. It is also a time for the United States to look to the South, from where we have contributed substantially to guaranteeing the right to abortion. The advances we have seen in the last decades in Uruguay, Mexico, Argentina, and more recently in Colombia confirm that the US can learn a lot from the South, specifically around:
i) The arguments. Today we have a jurisprudence rooted in fundamental rights beyond the right to privacy because we have recognized that the criminalization of abortion violates the right to health, equality, and freedom of conscience. We have challenged the use of criminal law to regulate a health service such as abortion; ii) Strategies. Today we can show legal, constitutional, and health advances. We have incorporated abortion services into our health systems, expanded access to abortion with the use of medicines, and now we have a contingent of women supporting other women to abort safely; iii) The movement. In Latin America, we have a robust and organized movement, assuming the cultural battle of this century: women’s reproductive freedom
Ana Cristina González Vélez at the Forum of Civil Society Organizations, IV Regional Conference on Population and Development ECLAC, June 28, 2022.