Entre 1996 y 2001, más de 272.000 mujeres fueron esterilizadas en contra de su voluntad como parte del “Programa Nacional de Salud Reproductiva y Planificación Familiar” del segundo gobierno de Alberto Fujimori.
El Ministerio de Salud colocaba cuotas y establecía metas para el personal de postas y hospitales, con el propósito de alcanzar el 100% de mujeres esterilizadas luego de un parto o un aborto. Se esterilizaba a las mujeres que acudían al centro de salud para dar a luz o después de haber sufrido una pérdida, la mayoría de las veces sin explicar el procedimiento y en condiciones inadecuadas para intervenciones quirúrgicas.
Organizaciones de mujeres y derechos humanos comenzaron a informar sobre estos abusos en 1996. El Comité de América Latina y El Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) presentó investigaciones, testimonios, quejas y denuncias por las secuelas en la salud de las mujeres sometidas a ligaduras de trompas, así como la muerte de muchas de ellas por complicaciones. En 1998, ante las denuncias e Informes Defensoriales, el Ministerio de Salud realizó modificaciones en los procedimientos y prohibió que se realizaran en carpas de ferias de salud, sin anestesia y sin el plazo del consentimiento informado. Las mujeres eran coaccionadas de diversas formas para que accedieran de manera inmediata a la intervención y firmaran un documento que muchas no podían entender, ya que la mayoría eran campesinas o indígenas en situación de extrema pobreza y analfabetismo.
En 2001, tras la caída de la dictadura fujimorista, se dio a conocer el número de esterilizaciones forzadas registrado por el Ministerio de Salud: 272.028 entre 1996 y 2001. Han pasado 25 años desde que Fujimori y sus ex ministros de salud -Eduardo Yong Motta, Marino Costa Bauer y Alejandro Aguinaga- fueran denunciados por delitos de lesa humanidad, en la modalidad de tortura, lesiones graves seguidas de muerte, secuestro y asociación ilícita para delinquir. Sin embargo, los diversos operadores de Justicia del Ministerio Público peruano no han actuado.
El 2009 fueron archivadas las denuncias de las 2074 mujeres agraviadas, incluyendo a las 18 fallecidas, cuyos familiares presentaron con ayuda de organizaciones feministas y de derechos humanos. El caso más grave de violaciones de derechos humanos cometido por el Estado peruano contra mujeres sigue impune. En homenaje a su lucha por justicia y reparación, mujeres autoconvocadas comenzaron a manifestarse vistiendo polleras y gritando arengas que con el tiempo se transformaron en una representación que demanda justicia para las 2074 denunciantes y para todas las mujeres esterilizadas en la dictadura de Alberto Fujimori.
Esta protesta seguirá manifestándose e interviniendo los espacios hasta que logremos lo que la corrupción les ha negado a las víctimas por más de 20 años. La deuda con esas mujeres la heredamos nosotras, quienes nos manifestamos de diversas formas y desde todos los flancos, unidas para visibilizar, denunciar y demandar justicia y reparación para ellas.
¿Quiénes somos, compañeras?
¡Somos 2074 y muchas más!
¿Quiénes somos, compañeras?
¡Somos las hijas de las mujeres que no pudiste esterilizar!
¡Somos las hijas de las campesinas que no pudiste esterilizar!
¡Somos las hijas de las indígenas que no pudiste esterilizar!
¡Somos las hijas de las nativas que no pudiste esterilizar!