Kelly tenía diez años y cursaba cuarto año de primaria. El sábado 10 de noviembre salió a vender vasitos de gelatina y desapareció. Es decir, la desaparecieron. Julio Arquino Giraldo, de 21 años, la secuestró con la ayuda de un cómplice. La encontraron en un descampado, cinco días después. La autopsia reveló que Kelly sufrió todo tipo de violencias. Vivía en Barranca, ciudad portuaria a casi 200 kilómetros de Lima.
Con ella son 126 las víctimas de feminicidio en lo que va del año. A una semana de la movilización por el Día Internacional Contra la Violencia hacia las Mujeres, la realidad de las peruanas es que nos están acosando, violando, maltratando y matando todos los días.
Según el Ministerio Público, el 76% de víctimas de abuso sexual son menores de edad. De este grupo, el 60% tienen entre 13 y 17 años y el 40% entre 0 y 12 años. ¿Y los imputados? El 100% de los agresores son hombres y el 40% de ellos son familiares cercanos de las víctimas.
Enfoque de género en la educación para luchar contra el machismo
Por culpa de la millonaria campaña del movimiento conservador “Con Mis Hijos No Te Metas”, madres y padres creen que la educación sexual integral en las escuelas promueve lo que consideran “perversiones”.
La guerra contra la palabra “género” es impulsada por populares personajes fundamentalistas antiderechos y cuenta con el apoyo de los políticos más corruptos del Perú, desde que el ex presidente Pedro Pablo Kuczynski empezara su mando en 2016. La instrumentalización de la lgtbifobia ha sido una de las armas del fujimorismo para atacar el enfoque de igualdad de género en las políticas públicas, en especial en la educación básica integral y en las leyes destinadas a sancionar los crímenes de odio y la violencia hacia las mujeres.
Por eso la sociedad civil seguirá luchando contra el conservadurismo, que sigue culpando a las niñas y mujeres por la violencia que sufren. Seguirá luchando por una educación que promueva la igualdad y forme una nueva ciudadanía, libre de estereotipos y discriminación.