El Covid-19 se considera una causa indirecta de mortalidad materna. Se estima que este año culminará con 80% más de casos en relación al 2019 debido a la pandemia.
El estado de emergencia sanitaria ha afectado la continuidad de los servicios de salud sexual, reproductiva y materna. Las cifras de embarazos no planificados, abortos clandestinos y muertes maternas han tenido una subida alarmante, siendo esta última la más preocupante. El coronavirus, considerado una causa indirecta de mortalidad materna, ha tomado protagonismo en los reportes del último año.
Según datos del Ministerio de Salud (MINSA) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), durante el 2020 el número de muertes maternas registradas fue de 439: 137 más que el año anterior, lo que representa el 31% de aumento. También ese año, una de cada seis muertes maternas fue causada por el Covid-19, mientras que en 2021 dos de cada cinco. La proyección de tendencia al finalizar el año es aproximadamente 546, un 80% más alta que en 2019.
Es urgente tomar acción. Las mujeres embarazadas están siendo vacunadas, pero a ritmo lento. “Si ocurren alrededor de 40.000 nacimientos cada mes, la tasa de vacunación debe duplicarse para aumentar la cobertura, a un promedio de 2.000 por día en los próximos tres meses”, enfatiza el UNFPA.
La última semana, el MINSA informó que las gestantes -incluyendo adolescentes- a partir de las 12 semanas podrán acudir desde el sábado 18 de septiembre para vacunarse. Hasta el momento, el MINSA ha vacunado con 140.966 mil dosis a las embarazadas.