Pese a las pruebas que indican que la líder del partido político Fuerza Popular realizó lavado de activos, la Justicia decidió liberarla.
Tras cumplir 13 meses de prisión preventiva por el presunto delito de lavado de activos (a raíz de aportes que recibió de la empresa Odebrecht para su campaña política), la ex candidata presidencial y actual líder del partido Fuerza Popular, Keiko Fujimori, será liberada luego de que el Tribunal Constitucional – TC ( mayor instancia de justicia en el Perú) declaró fundado el recurso de hábeas corpus que presentó su hermana.
La líder del Fujimorismo dejará el Penal Anexo de Mujeres de Chorrillos en pocos días. Se continuará con las investigaciones pendientes de obstrucción a la justicia, lavado de activos en su campaña política del 2011 y crimen organizado.
La libertad de Fujimori cae como un baldazo de agua fría luego del cierre del Congreso, que significó un avance en la lucha contra la corrupción, la defensa de la democracia y los derechos humanos. Se había logrado la disolución de un parlamento con mayoría fujimorista, que respaldaba a grupos fundamentalistas, hacía alianzas con grupos como “Con Mis Hijos No te Metas” y blindaba a jueces corruptos que encubrían violadores, además de negar la implementación del enfoque de género en la currícula escolar y reducir los derechos de las mujeres y la población LGBTIQ+.
Colectivos, organizaciones y estudiantes se están organizando para manifestarse en contra de la liberación de Fujimori, que significa un retroceso en la lucha del pueblo contra la corrupción.
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