Durante la última Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), realizada en junio en México, las organizaciones de la sociedad civil denunciaron las sistemáticas acciones del Ministerio de Relaciones Exteriores de Paraguay para obstaculizar todos los temas que pudieran significar un avance en los derechos de las personas LGTBI.
Junto a otros gobiernos, Paraguay lideró la agenda anti-derechos y solicitó, en las mesas que pudo, eliminar la palabra género de los documentos.
En respuesta a estas posiciones se hizo un “Tuitazo” que fue tendencia en Twitter: #ParaguayAntiderecho.
Su texto explicativo decía: “Desde 2014 Paraguay tiene una política exterior sostenida de obstaculización de derechos humanos LGTBI. El canciller declaró que en Paraguay no había homofobia, para justificar el no apoyo a las políticas públicas no discriminatorias”.
El gobierno paraguayo no acordó plenamente con la 7ª resolución sobre derechos humanos, orientación sexual e identidad de género que se planteó en la Asamblea de la OEA de 2014, y repitió su posición los años siguientes.
Asimismo, a fines de mayo de 2017, en la Reunión de Altas Autoridades en Derechos Humanos de Mercosur (RAADDHH) objetó las directrices de educación en cultura y DDHH porque incluían los derechos LGTBI.