Sunila Abeysekera, feminista nacida en Sri Lanka, con vocación de lucha internacional, incansable defensora de los derechos humanos entrañable amiga de muchas de nosotras, nos dejó hace una semana. La ceremonia del adiós en Colombo, por lo que cuentan y escriben las amigas, fue emotiva, multitudinaria, con muchas organizaciones de mujeres, de derechos humanos, cientos de personas con banderas, con la foto de Sunila, con algunas de sus citas, con poemas, en medio de la lluvia, en caravana hacia el cementerio. Hubo pequeños y emotivos discursos, todos emocionantes, quizá el más emotivo fue el de su hija Subha, quien termina diciendo que “Si no ser convencional significa que ella tenía integridad, si, entonces sí, yo estoy orgullosa que ella no fue una madre convencional”.
Y no lo fue, ni como madre, ni como amiga, ni como feminista, ni como luchadora de los derechos humanos, ni como artista… Íntegra, consecuente, alegre, curiosa, solidaria, profundamente democrática. Por su aporte a la lucha consecuente por la defensa y ampliación de los contenidos de los derechos humanos, mereció numerosos premios a lo largo de su vida.
Sunila está ligada de muchas formas a América Latina, comenzando con Perú, donde vivió por cerca de 6 meses a mediados de los 80. La relación con Perú había comenzado antes, en el Taller, de 4 meses, sobre la Situación economía y social de la Mujer, en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya-Holanda, a fines de los 70, donde construyó estrecha y permanente relación con Rochi Carrillo, una de las peruanas asistentes al Taller y posteriormente una de las fundadoras de Flora Tristán. En ese periodo en Perú, aprendió castellano, participo en las reuniones de trabajo de los colectivos feministas, conoció de las dinámicas feministas latinoamericanas. Sunila fue clave en construir los lazos entre los feminismos latinoamericanos y los feminismos asiáticos. En base a estas interacciones, en los primeros años de la década del 2000 fue parte del equipo impulsor de los Diálogos Feministas, organizados, con la Articulación Feminista Marcosur y varias otras organizaciones asiáticas y africanas, alrededor de las dinámicas del Foro Social Mundial: en India, en Brasil, en Nairobi, en Dakar….
Había planeado asistir al XII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, -EFLAC- realizado en Bogotá en 2011, pero no pudo hacerlo, pues ya su salud estaba debilitada; sin embargo, prometió ponerse bien para asistir al XIII EFLAC, que se realizará en Perú en 2014. No estará físicamente pero si estará con nosotras, en el cariño y el agradecimiento por todo lo que nos dio.
Quiero terminar este breve recuerdo de Sunila con lo que fueron algunas de sus opiniones acerca de los temas que fueron posicionados y discutidos en los Diálogos Feministas. Extraídos del artículo Puentes Entre Movimientos Sociales Una Ingeniería Compleja, de Graciela Selaimen, en Cotidiano Mujer Nº40. Ella aporta opiniones sobre la forma de percibir la división sexual del trabajo en los movimientos sindicalistas, el derecho a la diversidad sexual, sobre la violencia hacia las mujeres, las identidades sexuales, y los retos que coloca un trabajo articulado alrededor de algunos consensos básicos:
Entre los desafíos a la integración y al diálogo señalados por los movimientos presentes, se destaca la cuestión del machismo y de la lógica patriarcal…. Para Gina Vargas, «los sindicatos tienen que reconstruirse para reconocer el movimiento de mujeres». Sunila va más allá y afirma que: «al contrario de todo el entendimiento acerca de la reproducción biológica, los miembros del movimiento de los trabajadores y sindicatos no tienen suficiente conciencia social sobre su papel en el proceso reproductivo y sobre los derechos de las mujeres en el ámbito privado. ¿Cuántos miembros del movimiento de los trabajadores asumen la parte que les corresponde en los trabajos domésticos? ¿Cuánto tiempo pasan con los hijos? ¿Cuántas veces miran ellos a sus mujeres, madres, hermanas y las ven como trabajadoras, en el hogar?» Además de esta cuestión, también deben ser colocados en foco los problemas relativos a la violencia contra las mujeres, discriminación y acosos sexuales en el ambiente de trabajo, dice Sunila.
En cuanto a Identidades… Sunila Abeyesekere fue derecho al punto de la identidad, al abordar la relación entre el movimiento de mujeres y el GBLT: «El tema constante aquí es: ¿a qué espacio perteneces tú? Nosotras no tenemos percepción política suficiente como para encarar esto. Yo insisto en que la identidad sexual es una prioridad. Siempre tendemos a reforzar nuestras identidades ya constituidas. Debemos concentrarnos en el desafío de las necesidades sexuales individuales considerándolas una prioridad para los movimientos sociales, administrando la tensión entre derechos individuales y colectivos. Es necesario conectar ambas necesidades. La supervivencia económica no es el único motivo por el cual vivimos. Todas las personas tienen el derecho de vivir y sentirse bien, con dignidad. Nuestra supervivencia está directamente vinculada a nuestra identidad sexual – y esto no puede ser tratado como un asunto secundario».
A respecto de la posibilidad de cooperación e intersección, la moderadora Mallika Duta afirmó que «hay temas muy concretos con los cuales podemos trabajar en colaboración. La razón para unir fuerzas es que en todos estos movimientos, creemos fuertemente en la igualdad, en la justicia, en los derechos humanos. Y esto no sucede apenas porque tenemos que luchar contra la opresión del sistema». …. Sunila Abeyesekere golpea la misma tecla: «precisamos de unión y de una agenda común. Tenemos que cambiar el sistema – en este punto llegamos a un consenso. Es en función de eso que debemos romper las barreras y construir los puentes».
Gina Vargas – Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán