En el marco del Día Internacional de la Mujer Rural, decenas de campesinas salieron a las calles a exigir el reconocimiento de sus derechos, la protección de los recursos naturales y la erradicación de las desigualdades de género.
Integrantes de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú – FENMUCARINAP tomaron las calles de Lima el pasado 15 de octubre para visibilizar el importante y fundamental trabajo que realizan en el cuidado de las tierras, la soberanía alimentaria y la lucha contra el cambio climático.
También mostraron su solidaridad con las compañeras de Ecuador, que están pasando por momentos críticos por la vulneración de sus derechos en la defensa de sus territorios.
“Las mujeres campesinas de los pueblos indígenas somos las que llevamos el pan a la mesa de todos. Somos las primeras en enarbolar la soberanía alimentaria. Las 22 regiones del Perú estamos en pie de lucha. En el día de la Mujer Rural, nos solidarizamos con nuestras hermanas del Ecuador, que han sido atropelladas y ahora muchas se encuentran encarceladas”, informó Lourdes Huanca Atencio, presidenta de la FENMUCARINAP.
A través de una ceremonia de pago a la tierra (Pachamama) en la plaza de La Democracia, ubicada en el centro Lima, las mujeres rurales demandaron el cuidado de la naturaleza, los suelos, el agua, las semillas y los bosques, así como la eliminación de las brechas de género que impiden el logro de su autonomía económica y el alcance de todo su potencial.
Las mujeres en las zonas rurales del Perú son más de 3 millones y medio y representan el 47,7% del total de la población de dicho territorio. Tienen una participación protagónica en la agricultura y en la defensa de la tierra. Las productoras rurales poseen saberes ancestrales para una relación armónica con su entorno y la preservación de la biodiversidad.
Sin embargo, históricamente viven situaciones de desventaja por las discriminaciones de género, clase y origen étnico. Tienen menos acceso a la tierra y al agua, influyen menos en la toma de decisiones en sus comunidades y están en peores condiciones para la generación de ingresos, la educación, formación y capacitación. Según el último Censo Nacional Agropecuario, las mujeres rurales solo dirigen el 9% de las Juntas de Usuarios de Agua, no son consideradas comuneras calificadas (condición que solo se les otorga a los hombres) y más del 23% son analfabetas (número 3 veces superior a los hombres).
También sufren violencia en sus manifestaciones y el 62,8% ha sufrido violencia por parte de sus parejas. El 23,2 % de adolescentes rurales son madres o están gestando y solo en 2017, 777 niñas de entre 12 y 14 años fueron forzadas a parir producto de violación.
Foto: FENMUCARINAP.