La Articulación “Mujeres Libres de Violencia Paraguay” denuncia que la pandemia afectó principalmente la vida de las mujeres y que la violencia de género aumentó durante el encierro obligatorio. “¡Nuestras vidas están en constante peligro, no sólo por el coronavirus, sino por la pandemia del machismo!”
“Mujeres Libres de Violencia Paraguay” está conformada por mujeres campesinas, indígenas y populares. El Centro de Documentación y Estudios (CDE), integrante de la AFM, es parte de la Articulación.
Compartimos su manifiesto, que denuncia que “la violencia doméstica y familiar ha aumentado durante el encierro y los feminicidios no cesan. ¡Nuestras vidas están en constante peligro, no sólo por el coronavirus sino por la pandemia del machismo! Urgimos que el Estado amplíe los servicios de atención para que estén cerca de nuestras casas, nuestras comunidades, y podamos recibir protección, tal como dice la Ley 5777/ 2016”.
Sobre el campo
Las mujeres campesinas productoras resistimos en nuestras tierras y kokués1 y seguimos produciendo alimentos a pesar del abandono del Estado y la falta de apoyo a la agricultura familiar campesina. Los proyectos productivos tienen que llegar a todas las mujeres productoras y deben eliminarse los pasos burocráticos para acceder a asistencia técnica y crediticia.
Durante esta pandemia, mientras nos decían que nos quedáramos en nuestras casas, los desalojos a familias campesinas continuaron sin cesar, dejando a mucha gente sin su hogar, sin su fuente de trabajo y sin protección. El Estado tiene que priorizar la recuperación de tierras malhabidas y con fuerza decimos: ¡No más desalojos!
Después de sostener nuestros cultivos y nuestros animales a pesar de las inundaciones, las sequías y los fuegos de los criminales que quemaron nuestros bosques comunales y nuestras reservas, resistimos. ¡Pedimos seguro agrícola que nos permita enfrentar las pérdidas de nuestros cultivos y nuestros animales!
Junto con nuestros bosques, durante las feroces quemazones las mujeres indígenas perdimos nuestras materias primas y nuestros alimentos; los conflictos por nuestras tierras se recrudecieron y, como si esto fuera poco -por las grandes distancias entre nuestras comunidades y los servicios de salud- tenemos una mayor proporción de personas fallecidas por el Covid-19. ¡Exigimos la legalización de nuestras tierras ancestrales! ¡Exigimos el respeto a la autodeterminación de los pueblos indígenas y a nuestra identidad como mujeres indígenas!
Sobre los empleos
La pandemia nos ha perjudicado en mayor proporción a las trabajadoras domésticas: una de cada cuatro hemos perdido nuestros trabajos y, si no los perdimos, nos bajaron los sueldos, o nos quedamos en encierro en nuestros lugares de trabajo. ¡Exigimos que de modo urgente el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS) implemente medidas de fiscalización efectiva a para garantizar el acceso al salario mínimo, que por derecho nos corresponde y hemos ganado con una larga lucha social!
Las mujeres que trabajamos en distintos lugares comerciales (supermercados, shoppings, mercados, etc.), como las enfermeras y otras trabajadoras, estamos expuestas al Covid-19, en un contexto de mayor vulneración de nuestros derechos laborales. ¡Exigimos garantías laborales para todas las mujeres trabajadoras y que el MTESS realmente cumpla con su función de proteger los derechos de las mujeres trabajadoras!
Sobre la salud
La mayoría del personal de salud que se encarga de la atención y el cuidado de las personas enfermas son mujeres; son las que están en la primera línea de peligro de contraer el virus, y están poniendo en constante riesgo sus vidas y las de sus familias por la falta de seguridad laboral y de insumos. ¡Basta de jugar con las vidas de todos y con las vidas de las mujeres!
Más que nunca, en este tiempo de pandemia, muchas mujeres vivimos la violencia obstétrica. Por el recorte en los servicios de salud, las parturientas deambulaban de servicio en servicio en busca de atención; y otras sentimos especialmente la falta de insumos para ejercer nuestros derechos sexuales y reproductivos. ¡Exigimos al Estado y al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social un mecanismo de denuncia rápida sobre los casos de violencia obstétrica! Si no contamos, no nos cuentan.
Sobre la participación política
En este año electoral, hay cada vez más casos de partidización de los servicios de salud y de uso de medicamentos públicos para campañas electorales. ¡Denunciamos y condenamos esta práctica! Más que nunca exigimos un sistema de salud universal, gratuito y de calidad para todos y todas.
En cuanto a la participación política, seguimos aportando mucho, pero no estamos en los cargos de decisión. ¡Exigimos mecanismos efectivos de participación y no sólo discursos para llamarnos “gloriosas”!
¡Nos cuidamos!
A pesar de la crítica situación a la que nos someten en pandemia, somos las mujeres las que protegemos a nuestras familias, las que cuidamos, las que sembramos y producimos los alimentos sanos, respetando el medio ambiente, cuidando los bienes que nos ofrece la naturaleza. Somos las que construimos las redes de solidaridad. Más que nunca trabajamos colectivamente en las ollas populares, en las resistencias de nuestros territorios y en la lucha por nuestros derechos. ¡Ñañangareko ñande rekohare, ñande reko ha ñande rekovere!2
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1 Chacras
2 ¡Cuidamos nuestra comunidad, nuestra cultura y nuestra vida!
Foto: Paz Oviedo