La Mesa Por La Vida y La Salud de las Mujeres le ha brindado asesoría legal a más de 2.000 mujeres, quienes han enfrentado barreras para acceder a servicios de salud relacionados con el derecho al aborto.
Desde hace 25 años, la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres trabaja por la libertad reproductiva de las colombianas. Cuando comenzó esta iniciativa, en 1998, en el país estaba completamente prohibido el derecho a una interrupción voluntaria del embarazo (IVE). Desde entonces, el grupo de mujeres que la conforman le han brindado asesoría legal a más de 2.000 mujeres que han enfrentado barreras para acceder al derecho al aborto.
“Uno no empieza una lucha pensando cuanto se va a demorar en darla. Empieza, simplemente, por el compromiso, por la convicción, por las ideas, por los valores y la indignación”, recuerda la doctora Ana Cristina González Vélez, cofundadora de la Mesa, quien estuvo desde el inicio al frente de esta iniciativa. Para ella, todo nació con la convicción de terminar con el silencio y la búsqueda de argumentos para abrir la conversación alrededor del aborto.
La trayectoria de la Mesa ha estado orientada a la construcción de alianzas, la producción de conocimiento, la movilización social y el posicionamiento de mensajes políticos, lo que ha hecho que sea un referente nacional e internacional. Además, es también la organización pionera del Movimiento Causa Justa, el cual logró el histórico fallo de 2022 que despenalizó el aborto bajo tres causales y hasta la semana 24 de gestación.
Además de sostener esta trayectoria de movilización, la Mesa ha logrado mantener una conversación sobre el derecho al aborto y la autonomía reproductiva en la agenda pública. Según González, el proceso se ha dado gracias “al compromiso profundo que tenemos las integrantes de la Mesa con la militancia, de activismo, y de la convicción profunda de que la lucha por la libertad reproductiva de las mujeres es un elemento central para la democracia”. Poco a poco han avanzado a través de la construcción de vínculos y de comunicarse con las personas que están en contra de este derecho.
En estos años, la Mesa ha producido más de 40 publicaciones que abarcan desde los textos para afinar la interpretación de las causales, hasta los estudios sobre barreras, diagnósticos locales sobre el acceso a la IVE y el estudio de criminalización. Gracias a este último se supo, en 2021, que el delito de aborto sí era castigado por la ley. Pues determinó que, desde 2008, el promedio de casos de aborto conocidos por el sistema penal era de 400 por año, con un promedio de 26 condenas y que las más perseguidas y sancionadas eran las menores (12,5% entre 14-17 años).
Además, la organización por los derechos reproductivos también realizó estudios de opinión pública, entre 2017 y 2023, enfocados en la comprensión de los cambios a favor de la despenalización del aborto y la autonomía reproductiva. En el último estudio, por ejemplo, el 61% de las personas encuestadas afirmó que rechaza que las mujeres vayan a la cárcel por abortar.
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Para celebrar este cuarto de siglo de esfuerzos y logros, la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres presenta entonces la exposición “25 años de historia por la libertad reproductiva de las mujeres” en el Pasaje Macondo del Centro Cultural Gabriel García Márquez, en Bogotá. La muestra, abierta al público del 20 al 29 de octubre de 2023, estará acompañada de diferentes eventos que nutrirán la conversación sobre la lucha de las mujeres por la autonomía reproductiva.
La exposición es también un recorrido por el trabajo que ha realizado la organización, compuesto por once estaciones con diferentes formatos y lenguajes artísticos que contienen los símbolos representativos de la lucha por el aborto libre. Un ejemplo es como una serie de pañuelos verdes y manos en alto fueron intervenidos por artistas invitados como Carolina Converse, Vlado, Lili Cuca, Ela Rincón “Elar”, Tinta del Río, Vladdo y Ceroker, entre otros. También participará con una obra creada por la reconocida Andrea Echeverri, vocalista de la banda Aterciopelados.
Aunque la lucha de esta organización ha sido constante, siguen existiendo barreras para el derecho al aborto. Por ello, para la doctora González, “una de las primeras cosas que yo creo que nos falta todavía ganar es lo que se ha nombrado en la literatura como despenalización social, que yo digo, en una frase muy simple: Es cambiarle la cabeza y el corazón a las personas, simplemente para que se generen entornos de legitimidad y de respeto de las decisiones de las mujeres”.
Fuente: Justicia Inclusiva / El Espectador / Colombia