Imelda era violada por su padrastro desde los 12 años. A los 19 tuvo una hija, producto de una de las violaciones, en el baño de su casa. No sabía que estaba embarazada.
En abril de 2017 la metieron presa por «tentativa de homicidio agravado», a pesar de que su hija está viva y ninguna prueba apuntaba a que Imelda la había querido matar.
Ayer, después de meses y meses de incansable lucha feminista en El Salvador y en el resto del mundo, Imelda fue liberada al fin.
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