El pasado 3 de junio se cumplieron cinco años de la primera e histórica movilización bajo la consigna de Ni Una Menos en Argentina. Como aquel primer 3J de 2015, mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries siguen siendo víctimas de las violencias machistas y las respuestas de los gobiernos y la Justicia siguen siendo insuficientes.
“Decir Ni Una Menos no es un ruego ni un pedido. Es plantarse de cara a lo que no queremos: ni una víctima más. Y es enunciar, a la vez, que nos queremos vivas, íntegras, autónomas, soberanas. Dueñas de nuestros cuerpos y nuestras trayectorias vitales. Dueñas de nuestras elecciones: como queremos, cuando queremos, con quien queremos”, sostiene el documento de Ni Una Menos.
La crisis que trajo la pandemia y las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio no permitieron realizar marchas masivas en las calles como cada 3J. Si bien hubo manifestaciones más pequeñas en distintas ciudades, en esta oportunidad las redes sociales se convirtieron en espacios clave para compartir nuestras voces, porque los femicidios no cesan y la situación de encierro ha expuesto aún más a quienes conviven con personas violentas, lo que incrementó las llamadas a las líneas de denuncia y acompañamiento.
Redes feministas para enfrentar los fundamentalismos
Resultado de un proceso de trabajo colectivo donde integrantes de CISCSA (miembro de la AFM) y otras activistas feministas de Córdoba nos propusimos pensar la adaptación local de la campaña “Tu Boca, Fundamental contra los Fundamentalismos”, surgieron las Heroínas Cotidianas.
Siguiendo la línea que empezamos a trazar con la primera intervención durante la marcha de Ni Una Menos el 3 de junio de 2018, que siguió con acciones en redes y participaciones en el 4° Festival Activando contra la violencia, de Mujeres Activando y en el 4to Paro Internacional Feminista, este nuevo #3J presentamos a las Heroínas Cotidianas.
“Nos preguntamos quiénes son esas heroínas, cómo son sus poderes y sus debilidades, y así fueron surgiendo estos personajes y las historias que nos ayudan a contar”, comenta Cecilia Culasso, parte del grupo que desarrolló la propuesta. La campaña invita a pensarnos como heroínas cotidianas, porque todas (mujeres, lesbianas, trans, tortas y no-binaries) somos actoras en nuestras vidas. Desde el grupo agregan: “Decidimos que los elementos de poder fueran objetos del día a día como una escoba, un corpiño o los pelos de las axilas. Los resignificamos, los despojamos de los machismos que los vestían, y los pusimos a accionar colectivamente para cuestionar los fundamentalismos”.
Una serie de tres historietas, disponible en la web de CISCSA, funciona como ejemplo de las múltiples situaciones en las que el patriarcado, los machismos y las ideas fundamentalistas nos quieren imponer sus formas de pensar, actuar, desear y habitar. Como se observa en las viñetas, los cuestionamientos fundamentalistas aparecen en las calles, en las instituciones y, claro, también en nuestros hogares. Médicos, familiares, o desconocidos que transitan la ciudad señalan nuestras decisiones y quieren convencernos de que hay una sola forma “correcta” de vivir. Ante estas situaciones vemos cómo actúan las heroínas cotidianas, que se presentan con sus capas violetas y sus elementos de poder para recordarnos la importancia de las redes feministas, de nuestros deseos y placeres, y la necesidad de desarmar y deconstruir las estructuras y mandatos que buscan ordenar nuestras vidas.
Durante la jornada de este 3J invitamos a imaginar y dibujar otras heroínas cotidianas, pensar sus características, qué las hacía especiales, cuáles eran sus poderes. En nuestras redes nos encontramos con heroínas con manos de fuego, bocas gigantes y hasta orejas de pescado para escuchar explicaciones que nos subestiman (haz click en la imagen para verla en tamaño completo):