1.400.000 personas se encuentran en situación de hacinamiento, según reveló el INDEC (órgano encargado de la creación de estadísticas de Argentina). El 2,6% de los hogares presenta estas condiciones críticas y el 13,7% no posee condiciones de saneamiento adecuadas.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) de Argentina presentó en mayo un informe con los datos que aportó la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) en base al último semestre de 2020.
La EPH es un programa que permite conocer de manera sistemática y periódica las características sociodemográficas y socioeconómicas de la población. Entre ellas, las tasas oficiales de empleo, desocupación, subocupación y pobreza. Para su realización también se tienen en cuenta el acceso a bienes y servicios (educación, salud, servicios públicos), las características habitacionales (materiales de la vivienda, hacinamiento, saneamiento) y del hábitat (cercanía a basurales, zonas inundables).
Los últimos resultados publicados arrojaron que en Argentina el 2,6% de los hogares se encuentra en situación de “hacinamiento crítico”, es decir, que duermen más de tres personas por cuarto. El porcentaje equivale a unas 238.000 familias, casi 1.400.000 personas. El hacinamiento implica la limitación de la privacidad, de los entornos aptos para el estudio, la socialización y el trabajo, en especial considerando que en el contexto epidemiológico que atravesamos muchos trabajos se trasladaron a los hogares.
Fotos: cba24n – Página 12
Los resultados de la EPH también constatan que casi la mitad de los hogares argentinos (47,7%) carece de al menos uno de los servicios esenciales de agua corriente, cloacas y gas natural. Esta realidad no es una sorpresa. Los resultados se publican a un año del fallecimiento de Ramona Medina, coordinadora de Salud de la Casa de la Mujer en el Barrio 31 (Buenos Aires). Ramona denunció en los medios de comunicación que la falta de agua en el barrio Padre Mugica aumentaba el riesgo de sus habitantes de contraer COVID-19, ya que no se podía garantizar el saneamiento básico. El hacinamiento también constituye un factor de riesgo en tiempos de pandemia y hace aún más urgente la necesidad de garantizar los servicios básicos para toda la población.
Desde el urbanismo feminista se viene trabajando hace tiempo en este tema. Por un lado, entender que las malas condiciones de vivienda y la falta de acceso a los servicios básicos repercuten en la vida de las personas de manera contundente, más aún en las mujeres, quienes son las más pobres entre las pobres y que llevan a cargo la gran mayoría del trabajo de cuidados que sostiene la vida de sus familias y comunidades, en las casas y en los barrios. Por otro lado, comprender cómo se profundizan estas desigualdades en un contexto de pandemia, donde se exige saneamiento como modo de combatir el virus, sin reparar en las condiciones en las que viven más de un millón de personas. Para quedarse en casa, hay que tener una casa. Para lavarse las manos con agua y jabón, hay que tener acceso al agua.
A un año del reclamo que se hizo sentir en todo el país, la situación continúa siendo crítica en ciertos sectores de la población. En este sentido, INDEC informó que 13,7% de los hogares posee condiciones de saneamiento inadecuadas, y que el 6,4% de los hogares no posee baño con descarga de agua. Es decir que 4,5 millones de personas en Argentina habitan hogares con saneamiento inadecuado.
Las condiciones de vivienda y el acceso a los servicios esenciales son fundamentales para efectivizar el Derecho a la Ciudad. Es prioritario que se garanticen condiciones de hábitat digno en todos los hogares, aún más en contexto de pandemia.