Comenzamos el 2021 con 16 feminicidios y 21 tentativas registradas. El confinamiento social obligatorio por el coronavirus nos confirmó que el machismo es la pandemia que aún no logramos superar.
Iniciamos el año con noticias alarmantes. Noticias sobre mujeres, niñas y adolescentes asesinadas, desaparecidas, violadas, golpeadas y acosadas. El 2020 dejó cifras escalofriantes y mucho trabajo por hacer. El estado de emergencia evidenció todos los problemas del sistema de atención de las mujeres víctimas de violencia, las ausentes estrategias de prevención y el ineficiente aparato de justicia.
El confinamiento social obligatorio por el Covid-19 nos confirmó que el machismo es la pandemia que aún no logramos superar. Y que la lucha feminista constante, eficiente, pero sobre todo en la primera línea de la educación, es fundamental. Es la dosis de la vacuna contra este grave problema.
Una mujer fue asesinada cada dos días desde que empezó el año. Además, los centros de emergencia mujer del país atendieron 1580 casos de violencia sexual, de los cuales 94.9% de las víctimas está compuesto por mujeres. Los mismos centros registraron 5516 casos de violencia física (97.8% contra mujeres), y 6800 casos de violencia psicológica (83.7% contra mujeres).
Según la Defensoría del Pueblo, 433 niñas, adolescentes y mujeres fueron reportadas como desaparecidas solo en el mes primer mes del 2021.
La curva no baja, al contrario: se incrementa y agrava. Y podría profundizarse debido a la cuarentena impuesta por el gobierno peruano por la segunda ola de contagios del coronavirus en el país. Y, como la experiencia confirma, en tiempos de aislamiento la violencia se agrava y las mujeres tenemos menos oportunidades de escapar, buscar justicia, denunciar y huir de nuestros agresores.
Sobrevivimos, no vivimos. Fuertes y articuladas las redes feministas se vuelven a activar, los equipos de ayuda y justicia retoman su puesto ante una nueva ola de violencia de género por la cuarentena.
Saludamos que los servicios de atención a la violencia hayan sido declarados esenciales, pero no es suficiente. Se debe informar de forma masiva cuáles son las rutas que deben seguir las mujeres, garantizar las medidas de protección y los refugios. Sabemos que éstos no son suficientes, por lo que deben implementarse medidas de urgencia en acuerdo con hoteles y hospedajes seguros a nivel nacional para salvaguardar la vida y salud de mujeres, niñas y niños sobrevivientes de violencia.