Centenares de miles de personas salieron a las calles en 120 ciudades españolas el pasado 8 de marzo, en lo que se convirtió en una movilización sin precedentes contra la desigualdad de género en el país europeo.
“Este día se estudiará en los libros de Historia”, proclamaron las organizadoras de la Comisión 8-M, que se reunían bajo el lema “Si nosotras paramos, se para el mundo”.
Un millón de personas marcharon en Madrid y 600.000 en Barcelona: el doble que en 2017, según fuentes sindicales. Las calles de Vigo, Sevilla, Bilbao y Valencia también recibieron mareas humanas violetas.
“Hemos paralizado Madrid. Este es nuestro día y mañana más. No vamos a parar. Por nosotras. Por las que no están, por las que vendrán. Por los que no escuchan”, dijo una de las organizadoras, Victoria Castrillón, en el escenario de cierre.
En las semanas previas al 8 de marzo, múltiples debates sobre la desigualdad de género se abrieron en el gobierno, los medios de comunicación y otros espacios públicos. Responsabilidad de los cuidados, brecha salarial y de pensiones, techo de cristal, discriminación laboral, acoso y abusos sexuales fueron algunos de los temas discutidos. Incluso el presidente Mariano Rajoy matizó su discurso sobre la huelga del 8M y salió en televisión con un lazo violeta en la solapa.
Aunque los números de adhesión al paro laboral no están claros, algunos sectores notaron un enorme impacto debido a la falta de mujeres. Tal fue el caso de la educación, por ejemplo, o del periodismo. Más de 8.000 mujeres de los medios de comunicación se sumaron a la huelga y firmaron un manifiesto para denunciar el machismo que sufren en el sector, evidenciado a través de la precariedad, la inseguridad laboral, la brecha salarial, el techo de cristal, el acoso sexual y los constantes ninguneos. Expresaron que el feminismo es necesario para mejorar el periodismo y marcaron su preocupación por la “visión parcial de la realidad que tantas veces ofrecen los medios y en la que falta la presencia y aportaciones de las mujeres”.
«Hemos puesto al machismo y la desigualdad en todas las casas, en toda la sociedad, y nadie puede quedarse indiferente después de este día», dijeron desde la Comisión 8-M.