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Diálogos Consonantes: Más feministas que nunca

Entre el 26 y el 28 de marzo de 2019 se llevaron a cabo los VIII Diálogos Consonantes (DC), esta vez en la Ciudad de México. Cinco paneles y sus consecuentes mesas de trabajo dieron paso a discusiones sobre distintos temas que le interesan a los feminismos latinoamericanos: «Yo también soy feminista», «El feminismo en los tiempos de ira», «Nos rendimos o nos rinden cuentas», «Podremos fracasar exitosamente o de cómo convertir el odio en energía» y «Alianzas para lograr los objetivos de volver a los 17» fueron los nombres de los ejes para estos DC, organizados por la AFM y Consorcio.

Antecedentes

En junio del 2008, en la ciudad de Montevideo, se realizaron los primeros Diálogos Consonantes (DC) con la participación de los diferentes actores de la Cooperación al Desarrollo de España, el Instituto Nacional de las Mujeres y el Ministerio de Desarrollo Social de Uruguay, representantes de Unifem (ahora ONU Mujeres) y las redes y organizaciones feministas de la región de América Latina y el Caribe. Como resultado de ese diálogo se acordó construir un marco ético y político para asegurar las estrategias de género en el enfoque de la eficacia a la ayuda al desarrollo. Esta iniciativa permitió iniciar la consonancia entre las agendas de los movimientos feministas con las nuevas políticas de cooperación al desarrollo, la cual se expresó en la firma de la Declaración de Montevideo.

Desde su creación los DC han sido una estrategia política de las redes y organizaciones feministas en América Latina y el Caribe para politizar el fortalecimiento institucional, la autonomía conceptual y política de los movimientos y la financiación de sus agendas como elementos constitutivos de un desarrollo eficaz.

Los DC han sido centrales en la definición de una agenda regional en el marco de la Cooperación al Desarrollo integrando la mirada de los movimientos feministas para la promoción de una cooperación transformadora que se articulé con los pactos de acción y las propuestas acordadas alrededor de los ejes políticos comunes para la región latinoamericana y caribeña.

A lo largo de estos 10 años, los DC se han realizado en 7 países, en cada ocasión se han elaborado acuerdos políticos comunes entre los diferentes actores participantes y demandas desde las organizaciones feministas y de mujeres a los diferentes actores de la Cooperación.

Contexto

En 2005, los temas de la Agenda Feminista se colocaron en un contexto de transformación, a 10 años de la Plataforma de Acción de Beijing, y a 5 años de las Metas de Desarrollo del Milenio. A fin de crear un espacio para el debate entre redes feministas de la Región y la cooperación internacional, en 2008 dieron inicio los Diálogos Consonantes. En ese año, existían gobiernos progresistas, crecimiento económico, y menos poder de las feministas, toda vez que no existían movilizaciones masivas sobre los temas de la Agenda. Sin embargo, todas estaban situadas en los mismos desafíos y debates de sus democracias, en una búsqueda por construir los diálogos y buscar alternativas.

En 2010, se cuestionaron los instrumentos que alentaron los cambios en la situación y condición de las mujeres en América Latina que intentaban impulsar el cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de igualdad que los países de la región asumieron. América Latina y el Caribe sufrieron procesos de cambio político que demandaron espacios de diálogo y de debate donde las demandas y propuestas de los movimientos de mujeres y las redes feministas incidieron con su agenda (derechos sexuales y reproductivos, derechos sociales y económicos, participación política y paridad, etc.). La Articulación Feminista MARCOSUR (AFM) jugó un papel importante al lograr alianzas que fortalecían la Agenda, a pesar de la crisis económica que estaba impactando en la cooperación internacional.

En ese mismo año, las mujeres en la Región siguieron viviendo en condiciones de desigualdad, injusticia e impunidad, que era expresada en altos niveles de pobreza, vulnerabilidad ambiental, violencia, inseguridad, negación del derecho a decidir sobre el propio cuerpo y exclusión de la toma de decisiones en el ámbito público, por lo que se enfatizó la necesidad de que la cooperación para el desarrollo debía contribuir al fortalecimiento de los movimientos feministas y de mujeres como actoras de la democracia y el desarrollo.

Para 2011, los procesos de cambio político y crisis económica en América Latina y El Caribe, propiciaron el diálogo y el debate para que movimientos de mujeres y redes feministas pudieran incidir con los temas de la Agenda. No obstante, la cooperación internacional retiró sus fondos para situarlos en países más empobrecidos. Por ello, la AFM tomó la iniciativa de crear nuevas vías de interlocución y con ello fortalecer las alianzas, las estrategias y las redes feministas para participar en el XII Encuentro Feminista del Caribe y América Latina .

En 2012, la crisis política, económica y social se acentuó. Los gobiernos pretendieron solventar la situación violando derechos humanos y privatizando la vida de las mujeres considerándolas básicamente para el cuidado del hogar , situación que se traduce en la feminización de la pobreza. A finales de ese año, América Latina comenzó a tener crecimiento económico; sin embargo, no hubo grandes avances en su política social, ni en los apoyos a las organizaciones de la sociedad civil. Como resultado de ello, se planteó la necesidad de crear un Fondo Regional para no depender de los tradicionales países donantes del hemisferio norte, y además se destacó la importancia de alcanzar consensos regionales e involucrar a la mayor parte de la ciudadanía y movimientos sociales en el debate sobre cooperación y género.

En 2014, fue que a pesar de los esfuerzos de las redes de mujeres para colocar los temas de la Agenda, los gobiernos no facilitaron la presencia de la sociedad civil. La política exterior fue apática y hubo ausencia de políticas acordes sobre todo en temas como los derechos sexuales y reproductivos. Es decir, a pesar de los avances en la agenda global, se dieron considerables retrocesos. Las organizaciones feministas y redes de mujeres insistieron en la urgencia de crear un fondo regional, con la finalidad de darle atención al movimiento feminista  y a su poca solvencia económica para contribuir en su quehacer de contribuir al empoderamiento de las mujeres, a garantizar el ejercicio de sus derechos; y a ampliar y fortalecer la democracia.

Actualmente la coyuntura política y social en América Latina, está caracterizada por menos gobiernos progresistas, con tendencias conservadoras e incluso anti-derechos y que han causado un debilitamiento de las democracias, sobre todo en los países del Sur. Asimismo, estos cambios políticos han repercutido en el campo económico y se han retirado de América Latina y el Caribe muchas agencias de cooperación internacional. Ante el actual desarrollo de gobiernos conservadores se observa que los evangélicos y neo-pentecostales han aumentado su fuerza y la respuesta ha sido el incremento del movimiento feminista que ha provocado cambios culturales a favor de la agenda feminista. Sin embargo, se nos enfrentamos a un panorama que obstaculiza el avance y muchas veces retrocede en los derechos de las mujeres.

Objetivos

– Fortalecer el diálogo entre la cooperación y el movimiento feminista regional para impulsar la agenda de la igualdad y los derechos humanos de las mujeres, enfrentando el crecimiento del fundamentalismo y los grupos anti-derechos.

– Generar alianzas entre agencias de cooperación al desarrollo y los movimientos feministas en el marco del cumplimiento de los ODS.

Resultados esperados 

– Posicionar la igualdad de género como bien de la humanidad

– Acordar mecanismos eficaces de apoyo y cooperación para el impulso de agendas progresistas que encaren y frenen a los grupos anti derechos

– Buscar estrategias para el apoyo comprometido al Fondo Regional Feminista FRF

– Fortalecer procesos de reflexión compartida para pensar en el papel de nuestro movimiento en las acciones de Cairo+25

Dialogos consonantes con Nicaragua:

Las participantes de los DC se sumaron a la campaña Por la Libertad de las Presas Políticas de Nicaragua #QueLasLiberen y al llamado internacional #aLaCalle del 27 de marzo, por la libertad de Nicaragua.