Bolivia es el segundo país del mundo que logró alcanzar la equidad de género en el ámbito político. Sin embargo, las mujeres de este país sostienen que no es suficiente tener las mismas posibilidades que los hombres de acceder al poder; demandan también tener las mismas condiciones para ejercerlo.
La democracia paritaria es uno de los pilares más importantes de la Agenda Política de las Mujeres, que actualmente es construida por organizaciones de mujeres plurales y diversas. En este marco, feministas, activistas, académicas, expertas y mujeres en función pública participaron de un encuentro nacional en La Paz, los días 4 y 5 de julio, con el fin de perfilar los temas y acciones estratégicas de dicha agenda política.
Según Mónica Novillo, directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, ésta fue una oportunidad para que las mujeres organizadas de Bolivia articulen acciones colectivas trascendentes que puedan incidir en la transformación de una sociedad que todavía es excluyente. “Paradójicamente, ante la constitucionalización de los derechos de las mujeres y la mayor participación en las estructuras de poder estatal y en otros espacios públicos, la realidad muestra la permanencia, e incluso el incremento, de la situación de subordinación y de violencia que sufren la mayoría de las mujeres en diferentes ámbitos de su vida”.
En la periferia del poder
¿Cómo pasar de la democracia formal a la democracia paritaria? En la actualidad, este es uno de los principales desafíos de las mujeres bolivianas. “Si bien hemos logrado conquistar, en términos formales, la paridad (50/50) como parte de nuestros derechos políticos -con lo cual se alteró el monopolio masculino en el Estado boliviano-, las mujeres continuamos en la periferia del poder político. El poder central y los niveles de poder estratégico permanecen como ejercicio masculino”, señala un documento compartido en el encuentro de mujeres.
El avance en materia de paridad tiene especial significado en el Órgano Legislativo de Bolivia, pero no en el Ejecutivo ni en el Judicial, donde se mantiene una subpresencia femenina, tanto a nivel nacional como subnacional. Por ejemplo, en 2018, de un total de 166 legisladores/as nacionales, 87 son mujeres (52,4%); en tanto, de 20 ministros/as, sólo 3 son mujeres (15%).
Las organizaciones de mujeres observan que el sistema político vigente incluye más mujeres, efectivamente, pero él mismo no ha cambiado. Su estructura y funcionamiento se definen por un sistema patriarcal colonial capitalista que lo organiza, sostiene y reproduce. En este contexto se entiende –coincidieron- el creciente número de casos de acoso y violencia política contra las mujeres: 65 en los primeros cuatro meses de 2018.
Se trata de un acoso y violencia política permanentes, advirtió la diputada Jimena Costa, de la opositora UD, durante el mencionado encuentro. “El acoso no es problema de un día; es un conjunto de acciones sistemáticas de las que las mujeres somos víctimas todos los días cuando llegamos a los cargos de representación y, más aún, de decisión”.
Según la legisladora, urge que la Justicia boliviana “sea más justa y transparente” con las mujeres que denuncian hechos de acoso y violencia política. “Cuando presentamos una denuncia ante el Ministerio Público, nuevamente somos víctimas del sistema de Justicia, porque nos ponen en la situación de tener de que probar la culpabilidad de lo que estamos denunciando en lugar de hacer investigaciones serias. Necesitamos sentencias”.
La presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Katia Uriona, fue más allá y lamentó que el actual sistema político tienda a expulsar a las mujeres de espacios de decisión, a través de mecanismos de acoso y violencia política. “Las mujeres que ocupamos espacios de decisión atravesamos condiciones muy duras, porque esas instituciones a las que hemos llegado no se han transformado y en muchos casos no tienen una apertura a generar condiciones de reconocimiento de la participación política de las mujeres”.
En el marco del encuentro nacional, la autoridad instó a las organizaciones participantes a construir mecanismos de denuncia, protección y acompañamiento de las mujeres que ocupan espacios públicos. En esa línea va, precisamente, el proyecto de Ley de Organizaciones Políticas presentado por el TSE.
Al finalizar el encuentro nacional, las mujeres organizadas emitieron un pronunciamiento, en el que subrayan la necesidad de avanzar hacia la democracia paritaria. “Exigimos el cumplimiento pleno de la paridad sustantiva en los cuatro órganos de poder de todos los niveles, en organizaciones políticas y sociales, para avanzar hacia la democracia paritaria, generando condiciones para garantizar la participación política plena, libre de discriminación, acoso y violencia política y del cumplimiento de la paridad en el binomio presidencial, en el Órgano Ejecutivo y en mecanismos del control social”, señala un fragmento del pronunciamiento, que incluye también demandas en los otros cinco ejes de la Agenda Política.