El evento realizado en Lima y organizado por el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, tuvo la participación de feministas y activistas de América Latina como Lilián Celiberti (Uruguay), Verónica Ferreira (Brasil), Virginia Vargas (Perú) y Micaela Távara (Perú).
El martes 6 de diciembre, la Articulación Feminista Marcosur (AFM) con el apoyo de la Unión Europea (UE), presentó la iniciativa “Feminismos latinoamericanos”, un evento de diálogo y debate sobre los retos actuales de los movimientos feministas en América Latina y su accionar en los nuevos contextos políticos de la región.
El evento se realizó como parte del lanzamiento del convenio de cooperación entre la Unión Europea y la AFM, que tiene como finalidad posicionar la agenda feminista en el debate político local, regional y global, además de incidir en la construcción de políticas y decisiones públicas que contribuyan a la igualdad de género y el empoderamiento de la diversidad de mujeres en América Latina y el Caribe.
La mesa de diálogo estuvo integrada por feministas y activistas de la región como Lilián Celiberti (Uruguay), Verónica Ferreira (Brasil), Virginia Vargas (Perú) y Micaela Távara (Perú) quienes analizaron el contexto de la región desde la mirada de los feminismos y los desafíos que encuentran las jóvenes feministas.
Lilián Celiberti, coordinadora de Cotidiano Mujer e integrante de la AFM, resaltó que todavía existe el desafío cultural de construir sentidos comunes que afirmen especialmente la igualdad de género. Para esto, sostuvo, es fundamental la construcción y la constante disputa de la memoria, una herramienta necesaria en la construcción de los sujetos políticos feministas que vienen ampliando derechos y posicionando demandas a nivel regional en los últimos años. Un ejemplo de esto fue la experiencia de movilización Ni Una Menos, reproducida en varios países latinoamericanos contra la violencia machista y los feminicidios.
A la vez, Celiberti destacó que la diversidad de experiencias y sujetas políticas feministas no puede ser un obstáculo para dialogar y trabajar en alternativas para una sociedad más libre e igualitaria, que sería imposible de conseguir sin la inclusión de los feminismos.
“Frente a la diversidad de nuestro movimiento y la emergencia de nuevas sujetas feministas con distintas problemáticas tenemos el reto de construir en el reconocimiento de esa pluralidad a la vez que fortalecemos los espacios de articulación. Somos diversas por nuestras identidades y también por las desigualdades que construyen y atraviesan nuestros cuerpos. Pero estas diferencias no pueden impedirlos diálogos necesarios para construir las alternativas que no serán posibles sin el movimiento feminista”, comentó.
Para Verónica Ferreira, investigadora e integrante de la coordinación de SOS Corpo – Instituto Feminista para la Democracia en Brasil, la característica central de los contextos políticos de América Latina es la resistencia democrática frente al avance del conservadurismo y los fundamentalismos que están asociados a las fuerzas políticas que mantienen la sobreexplotación y la ideología neoliberal.
“Estas fuerzas conservadoras y fundamentalistas que amenazan la institucionalidad de los estados también se hacen presentes en la sociedad civil con la misoginia y la violencia hacia las mujeres, las lesbianas, las trans y las personas negras. Esta contraofensiva conservadora es en gran medida una respuesta a los avances de las mujeres, la población trans y LGTBI”, valoró Ferreira.
En ese sentido, Ferreira, como parte de la AFM, destacó que en este contexto político es necesario llamar a recuperar y radicalizar la democracia, entendida esta como una democracia sustantiva y meramente formal. “No se puede hablar de democracia sin luchar por transformar las estructuras de dominación que son patriarcales, capitalistas, racistas y heterosexistas”, explicó.
Desde los feminismos jóvenes, Micaela Távara, actriz, activista y performer peruana, resaltó la importancia de tener espacios de debate y reflexión en los feminismos y llevarlos a nuevos espacios como los barrios, el arte y desde nuevas narrativas. “Desde el arte buscamos que nuestras narrativas influyan e infecten otras sensibilidades. Eso es lo que busca el arte en espacios como el feminismo, cambiar imaginarios y realidades”.
Finalmente, Virginia Vargas concordó que en este momento político complejo de avance de los fundamentalismos y de ataque a los derechos conquistados, no solo se lucha por los derechos sino por recuperar y profundizar una subjetividad que haga sentir a las mujeres merecedoras de tener derechos, un proceso de recambio de imaginarios que ha logrado el feminismo en las últimas décadas.
“Se trata de defender esta subjetividad y sentir el derecho a tener derechos. Ya hemos avanzando colocando el género como una dimensión fundamental en la vida de las mujeres, ahora hay que recuperarlo para flexibilizarlo y romper su rigidez o el binarismo paralizante”, apuntó.
La AFM, creada en 2000, participa activamente de los debates de los movimientos feministas en la región, priorizando la lucha contra los fundamentalismos, el sexismo, la lesbotransfobia, el racismo y en defensa de la laicidad de los estados.
Entre los principales resultados que se esperan del convenio de cooperación entre la UE y la AFM es que se pueda mantener una presencia activa en los espacios de diálogo nacionales, regionales e internacionales posicionando en el debate público ideas y perspectivas feministas, con el objetivo de fortalecer al movimiento y sus capacidades políticas y operativas.
La AFM está integrada por organizaciones y activistas feministas de nueve países de América Latina como Argentina (Ciscsa), Bolivia (Coordinadora de la Mujer de Bolivia y CIDEM), Brasil (Articulación de Mujeres Brasileras, SOScorpo, Redeh y CFMEA), Chile (La Morada), Colombia (Red de Mujeres de Colombia), Paraguay (Centro de Documentación y Estudios; Equipo Feminista de Comunicación), Perú (CMP Flora Tristán), República Dominicana (Colectiva Mujer y Salud) y Uruguay (Cotidiano Mujer).