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Argentina: el feminismo logró que Diputados apruebe el aborto

En una victoria histórica del activismo feminista, la Cámara de Diputados argentina le dio media sanción al proyecto de ley que prevé el aborto legal, libre y gratuito hasta la semana 14 de gestación.

Las mujeres se reunieron durante las 23 horas que duró el debate, en decenas de ciudades de Argentina, a hacer vigilias en las calles a pesar de los intensos fríos. No se hablaba de otra cosa: los teléfonos móviles ardieron durante toda la mañana, toda la noche, toda la madrugada. No fueron pocas las que no durmieron o lo hicieron apenas unas horas siguiendo el debate en directo desde sus casas.

En un país donde el Mundial de fútbol se erige cada cuatro años como único tema de conversación, mientras el dólar subía sin encontrar freno a pesar de un nuevo “rescate” del Fondo Monetario Internacional a Argentina, de lo único que se hablaba era el del proyecto que busca hacer realidad el derecho al aborto seguro, legal y gratuito.

El debate de la Cámara de Representantes comenzó a las 11.23 del miércoles 13 de junio para recién finalizar, sin recesos ni pausas, el jueves 14 de junio a las 10, con un ajustado final de 129 votos a favor del proyecto y 124 en contra.  Llantos, abrazos, llamadas telefónicas, mensajes y más abrazos fue la reacción emocionada luego de tantos años de lucha.

Es un paso histórico (Argentina nunca debatió una ley para legalizar el aborto en el Congreso), pero falta. Tiene que pasar todavía por el Senado, siempre más conservador que Diputados. De todas formas, hay buenas perspectivas: hoy la lucha por los derechos de las mujeres no parece tener techo en el país.

Todos los bloques votaron divididos, salvo la izquierda, aunque el partido oficialista fue el que menos votos a favor otorgó y el kirchnerismo el que más aportó. Para la ley vigente, el aborto es ilegal excepto en casos de violación y de riesgo para la salud de la madre, aunque muchas provincias ni siquiera lo aplican y ponen trabas de todo tipo. La ley penal establece penas de entre uno y cuatro años para mujeres que interrumpen su embarazo.

El proyecto que obtuvo media sanción prevé que el aborto sea libre hasta la semana 14 y que el plazo se amplíe si el embarazo es fruto de una violación, hay peligro para la gestante o malformación fetal.

Victoria del movimiento de mujeres

Que el Congreso debatiera el proyecto tiene una responsable: el movimiento de mujeres y feminista argentino, que desde 2005 lleva adelante la Campaña de Aborto Legal, Seguro y Gratuito, una amplia y diversa alianza federal que tiene sus simientes en el XVIII Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) de 2003 y de 2004. La causa se potenció y multiplicó a partir del grito Ni Una Menos que llegó al país para quedarse y contagiarse en el año 2015.

Fue esa Campaña la que ideó el pañuelo verde como símbolo de la lucha. “La marea verde”, no se cansan de decir los medios y las activistas, ya que ese color inundó cada manifestación, cada lugar.

Al pañuelo se lo ve en las calles, en las escuelas, en las universidades, en los centros barriales. Las mujeres de todas las edades lo llevan en el puño, en el pelo, en la cartera; también lo hacen actrices, presentadoras y presentadores de televisión, políticas y políticos, y un largo etcétera que genera sinergia y complicidades a la vez que visibiliza y naturaliza un tema que hasta hace muy poco parecía tabú para gran parte de la sociedad.

El debate fue habilitado por el presidente Mauricio Macri. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner nunca lo hizo y siempre se declaró en contra del aborto. No obstante, ya adelantó que su bloque votará a favor en el Senado.

La causa sumó a las históricas feministas que le ponen el cuerpo desde hace años, a miles y miles de jóvenes y a estudiantes de las escuelas secundarias que son vanguardia en la lucha. De hecho, en la ciudad de Buenos Aires fueron tomados 12 colegios los días del debate en Diputados para realizar actividades de reflexión y apoyo a la legalización.

Reacción conservadora

Hasta que se discuta en el Senado, se espera que la reacción y las presiones de sectores conservadores y eclesiásticos sean colosales. No es poco lo que se juega la Iglesia Católica: Argentina es el lugar de procedencia del Papa Francisco y la sanción definitiva en su propio país sería un golpe aún más duro al liderazgo del religioso.

De hecho, dos días después de la aprobación de Diputados, el Papa comparó el aborto con el nazismo.

“¿Se preguntan por qué hoy no vemos tantos enanos por la calle? Porque el protocolo de tantos médicos –tantos, no todos– es hacer la pregunta: ‘¿Llegan mal?’. Lo digo con dolor. En el pasado siglo todo el mundo se escandalizaba por lo que hacían los nazis para curar la pureza de la raza. Hoy hacemos lo mismo, pero con guantes blancos”, aseguró el Pontífice. “Es el homicidio de los niños. Para tener una vida tranquila, se echa a un inocente”, agregó.

El Senado tiene la última palabra para definir, finalmente, que Argentina actúe como un Estado laico. El resultado es incierto, aunque la potencia del movimiento feminista parece imparable en el país.