El informe especial ISOQuito 2007-2008 y 2021, Avances y Rezagos en la Lucha Contra la Desigualdad de Género en el Perú se presentó el 30 de noviembre y permitió analizar y problematizar la autonomía económica, física y en la toma de decisiones de las mujeres.
Abrió la presentación Lucy Garrido, representante de Cotidiano Mujer y la Articulación Feminista Marcosur (AFM), quien afirmó que el origen del ISOQuito responde a la necesidad de una herramienta para medir la calidad de los compromisos gubernamentales y avances en materia de igualdad de género. Luego tomó la palabra Constanza Moreira, quien presentó los instrumentos, variables y dimensiones del informe y comentó que, aunque Perú ha tenido un crecimiento económico notable en la última década, si no se reducen las desigualdades esto no se traduce en reducción de la pobreza. En su turno, Mariana Fernández explicó cómo se construyen los índices e indicadores del informe: el “índice ISOQuito”, específicamente, y el índice de compromisos institucionales. Este último mide los avances normativos del país en materia de cuotas parlamentarias, licencias parentales, aborto, violencia basada en género y cuidados. El Perú se encuentra en el ranking por encima del promedio en ambos índices, en los puestos 6 y 3 respectivamente.
Empezó la ronda de comentarios Ruth Luque, congresista de la República, quien mostró preocupación ante la alta tasa de natalidad en adolescentes y la poca participación política de las mujeres en gobiernos regionales (a pesar de los avances normativos, como lo son la Ley de Alternancia y Paridad y la Ley de Sanción y Prevención del Acoso Político), y afirmó su compromiso por generar nuevas normativas para reducir las brechas de género. Anahí Durand, ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, reconoció la importancia del ISOQuito como guía y herramienta política para su gestión y coincidió en que, si bien hay avances, siguen siendo insuficientes para dar respuesta a las necesidades de las mujeres. Melissa Bustamante, especialista del UNFPA, relevó la importancia de la autonomía corporal de las mujeres como elemento principal que propiciará avances en su pleno desarrollo, empoderamiento económico, participación política y ejercicio de su ciudadanía. Además, alertó que los promedios nacionales ocultan las realidades subnacionales y el especial estado de vulnerabilidad de las mujeres nativas.
Finalmente, los comentarios de las asistentes destacaron puntos importantes como el visibilizar el nivel de acceso a la justicia e impunidad en el país; la importancia de la diversidad étnica ante las particulares condiciones de vida de mujeres andinas, amazónicas, afroperuanas y rurales; los impactos de la pandemia, que han colocado en mayor estado de vulnerabilidad a mujeres, niñas y adolescentes que se vieron obligadas a confinar con sus agresores; y la importancia de medir la situación país mirando la realidad regional y comparando nuestros avances con otros países.
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El informe está disponible para descargar junto a otros monitoreos nacionales aquí.
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