Terminamos un año difícil y violento. El Perú inicia el bicentenario de su independencia con una grave crisis política, un estado de emergencia nacional por la pandemia del Covid-19, un sistema de salud corrupto e insuficiente, una democracia superficial, cientos de delitos contra los derechos humanos y miles de mujeres violentadas, desaparecidas y asesinadas.
Cerramos el 2020 con alarmantes cifras. Hasta fines de noviembre, se registraron 121 feminicidios y 281 intentos de feminicidio, según información recogida en Centros de Emergencia Mujer del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP). Además, en el mismo periodo se atendieron 83.897 casos de violencia contra la mujer. De esta cantidad, 10.242 fueron reportes reincidentes, es decir que las sobrevivientes fueron agredidas por la misma persona.
El MIMP también publicó que, en lo que va del año, atendieron 11.016 casos de violación sexual contra mujeres. Del total de víctimas, 7381 fueron niños, niñas y adolescentes, y 3537 adultas de entre 18 y 59 años. La mayoría de personas que denunciaron este delito (68.8%) fueron mujeres de entre 0 y 17 años. Las ciudades con más denuncias fueron Lima, Arequipa y La Libertad.
A estas graves cifras se suman las del Registro Nacional de Personas Desaparecidas, que registró 10.685 alertas de mujeres, niñas y adolescentes no halladas entre enero y noviembre de este año. Ello revela que esta cantidad de personas podría haber sido víctima de secuestro, trata de personas, feminicidio, entre otros delitos.
El 2021 llega con cifras en rojo. Demandas que deben ser atendidas de inmediato por el Estado y la enorme necesidad de un nuevo Gobierno que se comprometa realmente con la protección de los derechos de todas las mujeres y la lucha contra el machismo y patriarcado. Durante la cuarentena, se demostró que el machismo está aún incrustado en nuestra sociedad; que cuenta con una cultura de la violencia que culpa a la víctimas, un aparato de justicia que protege a los agresores y funcionarios corruptos, y envía un grave mensaje de impunidad a la población. Y, más preocupante aún, le dice a las víctimas que en este país no existe justicia.
El próximo año el Perú conmemora el bicentenario de su independencia. Celebra un año más de libertad. Una libertad vacía. Una independencia imaginaria. Las mujeres del Perú seguimos luchando por una verdadera independencia, por la libertad de nuestros cuerpos, por el derecho a poder decidir si queremos o no ser madres. Por un acceso libre a la salud sexual y reproductiva. Por una vida libre de todas las violencias. Por un bicentenario feminista.
Relacionado: