El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres, se conmemoró con mucha música en un país dónde los fanáticos religiosos acorralan a las pocas instituciones que promueven una mirada de género a los problemas sociales.
Los fundamentalistas avanzan sobre las instituciones paraguayas: el Ministerio de Educación prohibió textos que estén relacionados a temáticas de género hace unos años; el Ministerio de la Mujer perdió presupuesto y, actualmente, el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia está siendo acosado por estos grupos porque en su Plan Nacional habla de “Educación Integral de la Sexualidad”. En un contexto de muchas confrontaciones, el feminismo muestra su creatividad más que nunca.
“El feminismo crea un lugar diferente para las mujeres en la sociedad, con igualdad y justicia, que recupera el valor de ser mujeres, con autonomía, dignidad y plenos derechos como seres humanos. Esta creación de realidades se hace a través de nuevas referencias culturales, ideas, conocimientos, acciones e imaginaciones que desafían los antiguos y consolidados lugares de la desigualdad. Y aquí no puede faltar el arte, que genera belleza y transmite emociones a partir de una mirada sensible, a veces dolorosa, hacia las injusticias que aún imperan para tantas mujeres, y a través de la energía para enfrentarlas y erradicarlas”, dice Clyde Soto en un texto donde el Centro de Documentación y Estudios (CDE), integrante de la Articulación Feminista Marcosur (AFM), presenta el disco “Las brujas”, de la cantautora feminista Claudia Miranda.
La presentación del disco se realizó en línea, mediante un videoclip del tema “La Loca irreverente”, con una apuesta artística que mezcla el teatro, el baile y la música.
Claudia Miranda es una artista popular, compositora y multi-instrumentista, nacida en la ciudad de Encarnación (al sur del Paraguay) y actualmente residente de Asunción. Los ocho temas de su disco abordan realidades e historias que cruzan a las mujeres y al movimiento feminista en Paraguay.
“Este disco es muy importante para mí porque (…) ya estaba segura de que iba a morir sin grabar un sólo tema. Y ni mi mamá iba a saber que su hija compuso ‘en vida’ una canción”, dijo Claudia Miranda al diario ABC Color.
Canciones de lucha
El disco contó con la colaboración de su hija, Yenni Gerín, y de numerosos artistas: Sair Bogarín, Seba Ramírez, Emi Villalba, Juanjo Corbalán, Lucero Martínez, Alma Areco, Lara Barreto, Verónica Barreto, Elica Báez, Lucero Olaza, Fernando Acucarro, Celso Joabe y Luis Zorrilla, entre otros. Seis temas fueron grabados, mezclados y masterizados en Dacostapro Estudio de Producción Musical, y “Sin ti soy yo” fue grabado en Kamikaze records, cortesía de Aireana para el disco paraguayo-mexicano Vulvasónicas, con Las Reinas Chulas de México (2018). El tema “Ambovyvy” fue grabado y mezclado en Laranxa Estudio y es una cortesía del actor Manu Portillo, con su obra teatral “La Aguela C” (2019).
“Sin ti soy yo” habla sobre las diferentes maneras que existen hoy de encarar las relaciones amorosas y trata de desmitificar el amor romántico. “Ambovyvy”, por su parte, relata la vida de una niña del campo que llega Asunción bajo el sistema de criadazgo, una especie de esclavitud infantil vigente hasta nuestros días.
La primera canción, “Aháma Mamíta”, es justamente dedicada a todas las niñas y niños que viven en situación de criadazgo; en especial a Carolina Marín, una niña de 14 años que fue asesinada a golpes por sus tutores en el Distrito de Vaquería, Departamento de Caaguazú, el 20 de enero de 2016. “India Juliana” habla de una mujer indígena que en época de la conquista se rebeló contra su concubino español, Nuño de Cabrera, que representaba para ella la subordinación y el sometimiento de su pueblo, y lo asesinó.
“La Loca Irreverente” refiere a los distintos momentos y situaciones en las que a las mujeres decididas o seguras las llaman locas. También incluye a las que en algún momento se vuelven “locas” debido a malos tratos y situaciones extremas. “Mba’ éreiko ndapehejái” es una canción pensada como un sketch de teatro, donde el coro canta repetidamente en guaraní la frase “Porque no dejan a los niños jugar” y una maestra vieja va mostrando las distintas maneras de expresión que tienen los/as docentes.
“Las Brujas”, que da nombre al disco, refiere a los cambios que están propiciando las nuevas generaciones de feministas, siguiendo las huellas marcadas por sus antecesoras, y “lo bien que se siente saber que ya no estamos solas y que vamos cambiando lentamente el curso de la historia”.
“Las Puertas del Infierno” es una canción que abarca varios problemas sociales, como la tenencia de la tierra en Paraguay, (una de las bases principales para la desigualdad), la corrupción, el machismo, la discriminación y el envenenamiento de las comunidades rurales con agrotóxicos.