Más de mil mujeres participaron del Encuentro Plateado con la convicción de construir otros modos de habitar la vejez.
Son viejas y están orgullosas de serlo. Juntas construyen su propia revolución: se encuentran y trabajan para habilitar otros modos de habitar la vejez. El sábado 31 de octubre realizaron el 1º Encuentro Nacional de la Revolución de las Viejas en Argentina, que convocó a más de mil mujeres de este y otros países latinoamericanos.
El #EncuentroPlateado comprendió dos plenarios y cuatro círculos temáticos para profundizar en ciertos debates y abrir el diálogo con nuevas compañeras y organizaciones. Los círculos temáticos giraron en torno a cuatro ejes: “Mi cuerpo, mi decisión”, donde se abordaron derechos sexuales, educación sexual para adultas, aborto legal, seguro y gratuito, vida digna y autonomía sobre los cuerpos en todo el ciclo de vida; “Alternativas para transitar la vejez”, abocado a las viviendas colaborativas, cuidados y otras estrategias para un envejecimiento activo; “Discriminación por edad”, enfocado en avanzar hacia una Ley contra la discriminación por edad, en una red de herramientas y bolsa de trabajo, y en estrategias para combatir el “edadismo” y la discriminación por edad en los medios, en el trabajo y en la ciencia; y “Feminismos y buen vivir”, centrado en ecología, vida sustentable, arte y cultura por el buen vivir.
“Somos la generación llamada a poner sobre la mesa una cantidad de discusiones. Somos la generación que vivió la última dictadura militar, que peleó por el regreso a la democracia, que creció con el rock nacional, que fue construyendo un montón de hitos. Luchamos por el divorcio, por la tenencia compartida, y ahora estamos peleando por el aborto legal, seguro y gratuito, aunque ya no sea para nosotras”, sostuvo en la apertura Gabriela Cerutti, escritora, periodista y diputada argentina. “La generación que dio todas esas peleas no se va a retirar a su casa tranquilamente a partir de los 60. Creemos que el mundo tiene que ser diferente. Queremos un mundo donde podamos vivir en comunidad, crecer sororamente y disfrutar de la vida plena”.
Imparable Marea Plateada
Si bien su conformación es reciente -comenzaron a encontrarse a principios de 2020-, La Revolución de las Viejas ha tomado gran potencia, aún en un año con enormes desafíos por la situación de pandemia. Algunos de los temas que vienen discutiendo con más fuerza son la necesidad de una Ley contra la Discriminación por Edad y la posibilidad de construir viviendas colaborativas.
En el círculo de viviendas colaborativas se puso en cuestión el derecho a elegir de qué modo habitar la vejez -dónde, cómo, con quién-, que comprende no sólo el acceso a un techo donde vivir -en medio de la crisis habitacional existente-, sino también la posibilidad de desarrollar el cuidado como concepto ecológico, colectivo, democrático y del hábitat. El gran desafío parece ser cómo avanzar en la financiación, sin acceso al crédito, con poca o nula capacidad de ahorro y con una población de personas jubiladas con dificultades de subsistencia económica. Se compartieron experiencias cooperativistas, mutualistas y de co-housing de mucha riqueza para pensar nuevos proyectos en este sentido.
En relación a la discriminación por edad, abrió el círculo temático la investigadora María Isolina Dabove, quien profundizó sobre los “viejismos”, es decir, las prácticas de discriminación negativa a personas mayores de edad. También contextualizó el envejecimiento como un fenómeno global que plantea nuevos desafíos: “En todo el mundo está creciendo el número de personas que accedemos a esta etapa de la vida. Asimismo, las mujeres vivimos más. Entonces, desde el punto de vista económico, jurídico y social, genera una gran cantidad de problemas que tienen que ver con el género y que no han sido registrados del todo”. La fundadora de Plateadas, Flora Proverbio, acordó con la investigadora y agregó: “El tejido social cambia absolutamente y cambia la lógica en la que pensamos las etapas de la vida. Antes aprendíamos en la infancia, trabajábamos en la adultez y descansábamos en la vejez. Aunque en muchas de estas cosas las mujeres eran dejadas afuera, estas formas de abordar el tiempo de vida hoy se empiezan a resquebrajar y hay que pensar cómo las abordamos y entendemos nuevamente. ¿Qué significa hoy transitar los 50, 60, 70, 80 o 90 años?”. También advirtió sobre algunos eufemismos que pueden resultar peligrosos, apuntando a que más que una disolución de la edad debemos buscar un reconocimiento de esta, sin discriminaciones y en toda su diversidad: “Se habla mucho de que la edad es solo número, solo una idea. Depende para qué: si vamos a hablar de ponerme una bikini, la edad es solo un número porque puedo ponérmela cuando yo quiera. Pero si hablamos de necesidades respecto a lo que me brinda el sistema de salud, la edad no es una idea sino un dato muy concreto. No se trata de hacer de cuenta que la vejez no existe”.
Hacia el final del encuentro, tomaron la palabra artistas, intelectuales y activistas como Nora Cortiñas, Claudia Piñeyro, Dora Barrancos y Mirta Busnelli, entre otras. Norita, Madre de Plaza de Mayo e incansable luchadora por los derechos humanos, aseguró que se crió en un hogar machista, luego se casó con un hombre machista y, recién cuando la dictadura cívico-militar argentina le arrancó a su hijo, descubrió el feminismo y entendió que, además de deberes, tenía derechos. “Si vos tenés salud, voluntad, ideales y metas a cumplir, no se envejece. Si cada mañana que te levantás tenés el empuje de hacer cosas, no te sentís vieja”, sostuvo la Madre de Plaza de Mayo, de 90 años.
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Imágenes: Nuestras Voces