Se acerca el 25 de noviembre y la plataforma “Mujeres Libres de Violencia – Paraguay” está realizando encuentros todos los lunes para debatir las acciones a realizar.
“Es posible que por el Covid 19 no se realicen marchas, como en otros años, pero estamos conversando sobre diferentes acciones”, dijo Myrian González, Directora del Centro de Documentación y Estudios (CDE). “Las mujeres necesitamos reafirmarnos en una vida libre de violencia”, añadió, y explicó que de esa idea surgió hace unos años el nombre “Mujeres Libres de Violencia”.
“Necesitamos que el mensaje sea positivo, pero es muy difícil, porque este año ha sido especialmente duro para las mujeres, por todo lo que implicaron las medidas por la pandemia”, dijo Graciela Mereles, representante de la Federación de Mujeres del Paraguay.
“Las cifras de mujeres asesinadas por sus parejas y de casos de violencia contra niñas nos muestran que estamos en una situación más complicada con la pandemia”, dijo Lourdes Herreiro, una de las participantes de la plataforma.
Victoria Peralta, del Movimiento por el Derecho a la Salud María Rivarola, dijo que era necesario poner también el énfasis en la violencia que sufrieron este año las mujeres “deambulando en busca de salud”. “¿De qué nos sirve que nos diagnostiquen cáncer si no hay tratamiento? Las mujeres con cáncer tuvieron que salir a manifestarse para poder acceder a la quimioterapia. El octubre rosa promueve la detección de la enfermedad, pero no hay tratamiento. Saber que tenés cáncer y no poder tratarte te deteriora aún más rápido”, afirmó.
“Siempre denunciamos la violencia que sufren las mujeres indígenas, y este año contamos muchos casos de niñas y mujeres indígenas asesinadas. Tocamos el tema cada año, pero como mujer indígena puedo afirmar que nunca hemos sentido tanto la violencia como en estos meses. La pandemia nos trajo muchas cosas, pero lo más difícil ha sido la violencia comunitaria con el líder. El Estado se desentiende con la ley consuetudinaria, que los líderes sacan para ser violentos. Ninguna ley consuetudinaria, ninguna cultura indígena, se basa en la violencia. Ahora estamos acompañando un caso de violencia comunitaria en Filadelfia, U’jhelavos, en la zona del Chaco”, dijo Daniela Benítez, artesana nivachei e integrante de Mujeres Indígenas del Paraguay.
Norma Bogado, de Cultiva Paraguay, opinó que es posible realizar acciones locales, pero la visibilidad mediática siempre es mayor cuando las actividades se realizan en la capital.
25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres
En 2019, la plataforma Mujeres Libres de Violencia se unió a la marcha del 25 de noviembre haciendo un especial llamado hacia otras mujeres “que nos escuchan y nos ven. A las madres, a las abuelas, a las hermanas, a las hijas, a las tías, a las sobrinas, a las primas, a las vecinas, a las amigas, compañeras, a las paisanas, a las comadres, a las cuñadas, a todas. Queremos decirles para unirnos, para abrir los ojos, para cuidarnos, para cuidar nuestra vida, y sobre todo, para cuidar cada uno de los derechos que hemos ganado gracias a quienes vinieron antes, a las que mataron, a las que sufrieron, a las que maltrataron, a las que violaron de niñas, a las que toquetearon, a las discriminadas, esos derechos por las que lucharon ellas, las que dijeron ‘¡Basta!’, para que nos diéramos cuenta de que queremos ser ¡Mujeres Libres de Violencia!”.
Desde esta plataforma se denuncia la violencia estructural, pero a la vez se valora la capacidad de organización de las mujeres en sus comunidades, en sus territorios, frente al modelo extractivista de la economía y de la vida, que acumula mucha riqueza en manos de unos pocos, destruye el medioambiente y genera pobreza a la mayor parte de las mujeres campesinas y a sus familias.
En Paraguay, la violencia en todas sus formas -ya sea física, psicológica o económica- alcanza a las mujeres. Los feminicidios son frecuentes y dejan a los hijos e hijas desprotegidos. Y, ante todo este panorama, la Justicia no es pronta y barata, ni mucho menos efectiva.