Cuatro mujeres trans fueron asesinadas en lo que va de 2019 en el Camino de Cintura, una zona denunciada por pedidos de coimas y extorsiones por parte de la Policía Bonaerense.
En el Camino de Cintura, una ruta de 70 kilómetros que circunvala el área metropolitana de la ciudad de Buenos Aires, muchas mujeres travestis y trans sobreviven como trabajadoras sexuales. Allí, al sur del conurbano, las trabajadoras están expuestas a distintas situaciones de violencia: entre ellas la que ejerce la policía, que las extorsiona y les reclama sobornos a cambio de una supuesta protección. Si no les pagan, son obligadas a vender drogas, sufren robos y brutales golpizas.
Pamela Arancini (40), Maxim Brizuela (22), Marilin Sosa (32) y Laly Heredia (36) eran trabajadoras sexuales de la zona y fueron asesinadas. Marilin fue atropellada y murió en el hospital. A Pamela, Maxim y Laly les dispararon y sus cuerpos fueron encontrados al borde de la ruta. Dos de ellas eran testigos clave en una causa por una red de trata con fines de explotación sexual, organizada por jefes policiales de la zona. Por esta causa ya se encuentran presos siete policías.
“Yo hace un año que dejé de trabajar en esa zona, porque tras declarar en la causa contra los policías en 2015 comencé a recibir amenazas. Todas pagábamos porque, si no pagás, desaparecés. Los policías de la Comisaría 4ta de Lomas de Zamora siguen manejando todo. Cuando yo trabajaba me cobraba el comisario Jorge Virreira, que ahora está preso”, contó en una entrevista J.B., también testigo clave de dicha causa.
Mientras el gobierno destina cada vez más fondos a las fuerzas represivas que sólo protegen a unos pocos, y pese a las denuncias que distintas organizaciones -como la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR) y la Asociación Travestis, Transexuales y Transgéneros de la Argentina (ATTA)- han realizado contra el accionar violento de las fuerzas policiales, los oficiales, tenientes y comisarios de la policía se encargan de hacer sus propios negocios con el narcotráfico, la trata de personas y la extorsión a las trabajadoras sexuales. Ellas, cuya expectativa de vida es de 35 años, no tienen opciones. Entre cientos de ejemplos del abandono por parte del Estado, basta uno: la ley de Cupo Laboral Travesti Trans Diana Sacayán, aprobada en septiembre de 2015, sigue sin ser reglamentada, perpetuando la exclusión y la marginalidad en la que viven las mujeres travestis y trans.
Los datos que faltan
Ante la falta de datos oficiales de muertes travestis y trans, las organizaciones y activistas documentan tanto los travesticidios como los travesticidios sociales (lmuertes causadas por la exclusión: falta de acceso a derechos básicos como educación, salud, trabajo, vivienda, trabajo), y aseguran que sólo lo en el primer mes de 2019, hubo al menos diez muertes de travestis y trans en nuestro país.