La primera semana de mayo se realizó en Lima el I Encuentro Feminista de Mujeres Afroperuanas, donde se compartieron reflexiones y experiencias desde la lucha antirracista, las corporalidades y las estéticas e identidades racializadas e interseccionales. También se trataron los retos que implica organizarse y articular para la visibilización de las agendas y reivindicaciones de las mujeres afrodescendientes y negras.
El evento contó con representantes de Perú y de Latinoamérica: de Brasil participó Lucía Xavier, coordinadora de la ONG Criola, y de Chile Milene Molina, representante de la Colectiva Feminista Mujeres Luanda. De Perú estuvieron Cecilia Olea y Virginia Vargas, fundadoras del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán; Carmen Espinoza, directora del Movimiento Manuela Ramos; Eliza Pflucker, Eshe Lewis, Rocío Muñoz y Sofía Arizaga, representantes de Presencia Y Palabra: Mujeres Afroperuanas; Cecilia Ramírez, de Ashanti Perú; Silvia Villa, de Enlace Perú; Isabella Fernández, de Féminas Perú; y Claudia Reyes, de AfroPUCP, entre otras compañeras de diversos espacios e independientes.
En el encuentro también participó Natalia Barrera: estudiante de Publicidad, modelo, activista y autora del blog “Una chica Afroperuana”, desde el que busca concientizar sobre la normalización del racismo y la discriminación en la sociedad. Esta semana, Barrera se hizo conocida en toda América Latina gracias a una nota de la agencia AJ+, que viralizó su crítica a la minimización del racismo en Perú: “¿Estás esperando que me mate un policía (como en Estados Unidos) para recién considerar que aquí hay racismo?”
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Aprovechamos para conversar con ella y preguntarle sobre su perspectiva del feminismo en Perú.
¿Cómo ves al movimiento feminista peruano en la actualidad?
Siento que hoy está más fuerte, se está haciendo escuchar. Además, deja a más personas hablar, a pesar de que mucha gente encuentra la palabra “feminista” como algo negativo. Esa gente no se da el tiempo de investigar de qué se trata. Para mí, el feminismo es la búsqueda de equidad entre hombres y mujeres. Eso se debe difundir, no puede quedar solo como una época en la que las mujeres hablaron más y los aliados hablaron más. Tenemos que seguir dándole duro.
¿Cómo podríamos articular mejor en nuestra diversidad para que el movimiento se mueva de manera interseccional?
Deben abrirse más espacios donde aprendamos las unas de las otras. Somos iguales pero nuestras culturas son diversas. No podemos hablar de sexismo ignorando la cultura. Algunas veces esto afecta más a unas que a otras. Esto ayudaría a que el movimiento sea más inclusivo y más diverso.
¿Cuáles son los principales retos que afrontamos las mujeres para luchar contra el racismo y el machismo?
Yo me enfoco mucho desde cómo nos ven los medios. Mucha gente dice que los medios de comunicación no educan; yo digo que sí, porque tienen una presencia muy importante en la vida de las personas. La gente prende la televisión y desde ahí se perpetúan las ideas antiguas y machistas, mientras nosotras estamos en las calles protestando. Deberían abrirse más espacios para hablar de estos temas, sobre todo para las personas que no tienen acceso a Internet pero tienen radio y televisión. Se debe generar una alianza desde ahí, que luche contra el machismo y el racismo. Por eso inicié el blog: porque es difícil hablar de este tema en un medio como la televisión y lo seguirá siendo durante mucho tiempo. Sin embargo, las redes sociales te dan acceso para llegar a más gente, porque solemos estar 24/7 con nuestro celular. Las personas que manejan los canales deberían dejar de enfocarse en qué vender: tendrían que cuestionarse y analizar la realidad.
La importancia de las comunicadoras afroperuanas es fundamental en la lucha contra el racismo y el machismo ¿Cómo ha cambiado tu vida desde que abriste el blog?
Antes yo no expresaba lo que sentía. El blog me ha cambiado, porque me ha hecho sentir cómoda al hablar frente a una cámara y subir un video, a pesar de que estoy completamente vulnerable, porque hablo desde mi experiencia.
Me volví activista de casualidad, porque comencé a hablar sobre lo que me pasaba. Ha sido un proceso que me ha cambiado poco a poco; el blog me ha ayudado a ser la persona que soy ahora. El año pasado, en mis videos, decía: “¡No te quedes callado o callada! ¡Habla! ¡Tienes que ser agente de cambio!”. Sin embargo, en la calle, cuando sufría acoso o racismo, me quedaba callada y usaba audífonos para ignorar el tema. Cuando la gente me cuestionaba por no responder, yo decía: “Aún estoy en proceso de aprendizaje, estoy leyendo más e informándome más”.
Ahora el blog tiene más apertura y eso me ha ayudado a empoderarme. Cuando veo injusticias en la calle digo “Esto está mal y tienes que hablar”. Ser consciente de que eso está mal es un privilegio, por eso creo que tengo que compartir esta información, porque no todas las personas lo saben. La gente repite lo que les han enseñado desde pequeños. Es importante enseñarles.
El blog me ha servido para encontrarme a mí misma y encontrar mi voz, saber quién soy y volverme una persona fuerte. Esta es la generación de los millennials, que pueden hacer activismo desde su propio espacio, desde una publicación, desde un comentario, una foto, un blog. Tú puedes hacer un cambio y llevarlo a la realidad. Antes no lo veía; hoy sé que es muy bueno hacerlo, no solo detrás de la pantalla sino en la calle, con mis profesores/as y mis amistades.