En conmemoración de la fecha de la revolución sandinista, el pasado 19 de julio se llevó a cabo una acción mundial por Nicaragua, convocada por el movimiento feminista y realizada de forma simultánea frente a las embajadas del país centroamericano.
A la misma hora se hizo un twitazo con el hashtag #SOSNicaragua, que fue trending topic todo el día.
Hoy se conmemora un aniversario más del triunfo de la Revolución Sandinista, un movimiento que se gestó para acabar con el abuso y la represión en #Nicaragua, no para repetir casi cuatro décadas después, las mismas desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias e intimidaciones
— Epsy Campbell (@epsycampbell) 19 de julio de 2018
Así como #Ortega abusó y violó de su hijastra, también lo hace con la Constitución Nacional y los DDHH en Nicaragua. BASTA DE REPRESIÓN! BASTA DE AUTORITARISMO! QUEREMOS UNA NICARAGUA LIBRE, FEMINISTA Y DEMOCRÁTICA!#SOSNicaragua#GritoPorNicaragua#GritoFeministaXNicaragua pic.twitter.com/fhzyyt5s5A
— ParoMujeresParaguay (@paromujerespy) 19 de julio de 2018
📡#GritoFeministaXNicaragua Nuestras compañeras feministas y defensoras de #DDHH en México, Uruguay y El Salvador están llevando a cabo el cierre simbólico de las Embajas de Nicaragua en sus respectivos países #SOSNicaragua pic.twitter.com/KodrV4ddeE
— Fondo Acción Urgente (@FAU_LAC) 19 de julio de 2018
Carta de apoyo al pueblo nicaragüense
Compartimos esta carta de apoyo al pueblo nicaragüense, firmada por más de 12.400 personas, a la que se puede adherir aquí.
Las personas aquí firmantes tenemos un compromiso con la democracia, con la libertad y con la igualdad de derechos de todas las personas. Por eso es que con profunda preocupación manifestamos nuestro más irrestricto apoyo al pueblo nicaragüense ante la crisis política y social, fruto de una injustificable represión dirigida y ejecutada por las fuerzas policiales y paramilitares de Nicaragua, bajo la conducción y coordinación del Gobierno de Daniel Ortega, que se ha alejado de su compromiso histórico popular y revolucionario, utilizando un uso excesivo de la fuerza para reprimir al pueblo nicaragüense.
Ya van más de 320 fallecidos y más de mil heridos producto de la violencia ejercida en contra de la población, desde que comenzó la ola de protestas en rechazo a la reforma previsional anunciada por el Ejecutivo. Las principales víctimas han sido los y las estudiantes de este país, además de periodistas, policías y también menores de edad.
Si bien este espiral de violencia y represión debió haberse detenido, en las últimas semanas se ha agudizado de forma alarmante, sumándose episodios como el que recientemente vivieron los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) en la ciudad de Managua, quienes se atrincheraron al interior del establecimiento, mientras otros buscaron refugio en la iglesia de la Divina Misericordia de Villa Fontana, al mismo tiempo que eran rodeados y atacados con armas de fuego por la policía y paramilitares.
Rechazamos la violencia que se impone en Nicaragua y hacemos un sentido llamado al Presidente Daniel Ortega para que cese todo tipo de represión hacia sus propios ciudadanos. Urge que las autoridades nicaragüenses adopten las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y en compañía de la Conferencia Episcopal Nicaragüense puedan ofrecer las garantías en orden a reanudar el diálogo, para la búsqueda de una solución pacífica y democrática a esta lamentable situación.
Ante la violación de derechos humanos, sociales y políticos no cabe el relativismo ideológico. Ante este tipo de situaciones no deben permitirse matices ni dobles interpretaciones. Cuando los derechos esenciales de la población son vulnerados y atropellados no podemos quedarnos de brazos cruzados y en silencio. Tenemos la responsabilidad moral de alzar la voz y utilizar nuestras plataformas de acción para denunciar con fuerza y convicción la injusticia y la violencia.
En respaldo de lo sostenido, nos declaramos respetuosamente disponibles para colaborar en cualquier instancia que se enmarque dentro del diálogo institucional y transversal, con miras a salir de este oscuro momento por el que atraviesa la hermana República de Nicaragua.