El Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) de Uruguay lanzó a fines de julio una Propuesta Didáctica para el Abordaje de la Educación Sexual en sus centros educativos.
La guía fue elaborada en conjunto con la Asociación Civil Gurises Unidos, cuenta con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y está destinada al cuerpo docente. Se enmarca dentro de un programa de educación sexual que se aplica desde 2006.
La publicación introduce una perspectiva de género y analiza los estereotipos sociales relacionados a la sexualidad. “En la medida que los roles de género son una construcción social, éstos pueden ser modificados, pudiéndose incidir a través de la escuela en la deconstrucción de dichos modelos”, afirma.
La propuesta da ejemplos de actividades destinadas a analizar los roles construidos socialmente, al conocimiento del propio cuerpo y al comportamiento en la intimidad. Resalta la importancia de la participación de la familia en la educación sexual y establece que se debe ser «respetuoso de los valores de cada familia, sin dejar de lado el posicionamiento personal».
La iniciativa ha sido elogiada en diversos ámbitos, pero ha generado una gran polémica entre los sectores conservadores. Representantes de la iglesia católica se manifestaron en contra de la implementación de la guía y un grupo autodenominado “Red de padres responsables” realizó una protesta pública. Según los medios de prensa, la convocatoria reunió a unas decenas de personas, entre las que se incluían muchos niños y niñas. Con carteles de “A mis hijos no los tocan”, “Cuidemos a nuestros niños”, “A mi hijo le enseño yo” y “Sí a la familia”, este grupo se concentró frente al Ministerio de Educación y Cultura. Según estas personas, la guía es un “adoctrinamiento de la homosexualidad”.
El arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, se quejó de que se informe sobre el derecho de los niños, niñas y adolescentes a la educación sexual. Para el cardenal, “esto es propio de los estados totalitarios” y cuestionó el supuesto hecho de que “en un Estado laico, plural y democrático se asuma una ideología determinada, como es la ideología de género”.
Por su parte, la integrante de la AFM Lucy Garrido respondió en una columna que la “ideología de género” de la iglesia es la que “nos dice desde hace siglos que las mujeres debemos llegar vírgenes al matrimonio, que no hay que usar anticonceptivos ni abortar ni divorciarse aunque haya violencia y violación”. Como ella, distintas personas se manifestaron a favor de una educación sexual responsable para niños y niñas.
Lilian Celiberti, también integrante de la AFM, participó en un debate televisivo sobre la educación sexual. «La sexualidad siempre ha estado en la escuela, mediante el tabú y el silencio. La guía es un apoyo para que los docentes la saquen de ese lugar», dijo Celiberti. «La sexualidad es un componente central en nuestro desarrollo como seres humanos. La sexualidad no es solo el aspecto coital, no es la relación. Es lo que sentimos a través de los sentidos, lo que vivimos, la comunicación con otros seres humanos. La sexualidad no es algo oculto ni secreto, es un componente central de nuestro desarrollo».
Tal como señala la guía, “la escuela como institución tiene el compromiso de resignificar el sentido y las formas en que la educación se desarrolla, posicionándose profesional, crítica y responsablemente en la sociedad del Siglo XXI”.