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Virginia Vargas: “La lucha de las mujeres es parte fundamental de la lucha democrática”

Compartimos entrevista de Nodal a la feminista peruana Gina Vargas, fundadora Flora Tristán (integrante de la AFM). Originalmente fue publicada aquí.

Entrevista a Virginia Vargas, feminista peruana

Por Carla Perelló, de la redacción de NODAL

En 1978, Virginia “Gina” Vargas cofundó el histórico Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, una organización sin fines de lucro que tiene como propósito incidir social y políticamente para garantizar la equidad de género. Vargas es socióloga y militante, docente y autora de diversas obras en las que escribió sobre ciudadanía, democracia y Estado, desde una perspectiva feminista peruana y latinoamericana. La próxima semana participará de paneles y actividades que se llevarán a cabo en el marco de la 8ª Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales en lo que será el I Foro Mundial del Pensamiento Crítico (*). En esta entrevista con NODAL, un recorrido sobre las izquierdas, la coyuntura y el lugar de las luchas de los movimientos de feministas y de mujeres en su país y en la región.

¿Cuál es su lectura del derrotero del movimiento feminista y de mujeres desde que usted empezó hasta la actualidad en su país? ¿Puede hacer alguna caracterización?

El feminismo en el Perú se ha desarrollado con características similares a los feminismos de América Latina: nacieron defendiendo la democracia. Ahora tenemos la diferencia de que el Perú está en una tremenda crisis y estamos tratando de ver cómo aportamos. Muchas de nosotras, de la vieja guardia, venimos de los partidos de izquierda con los cuales tuvimos que hacer una clara diferenciación para recuperar nuestra autonomía como movimiento. Pero nuestras ideas de cambio, libertarias, siempre han estado articuladas con la realidad de nuestro país. Creo que logramos mucho en reconocimientos, en leyes. Y creo que la característica fundamental del movimiento en la actualidad es su enorme pluralidad y la diversidad de rostros y de posturas que encarna, se da así en América Latina y en Perú. En la región andina hay un muy interesante movimiento afroperuano, afrolatinoamericano, hay un movimiento de feministas indígenas, de todas las diversidades sexuales, incluyendo a las y los trans. Esto ha significado también nuevos retos para los feminismos. Estar en un contexto de enorme diversidad en una sociedad tan poco democrática, tan pluricultural y multiétnica, significa también una disputa por revisar las condiciones de poder que cada uno de los grupos en general tiene. La agenda feminista se ha teñido por todas estas dinámicas que traen las nuevas voces. Y, así, como estamos luchando por los derechos sexuales y reproductivos por el aborto, en contra de la violencia, también la lucha se da por el territorio, fundamental para nosotras, como la lucha por la justicia…y por todas las demandas que trae una propuesta democrática libertaria que se aleja de las miradas esquemáticas sobre la democracia que vienen tanto de las derechas y, por desgracia, de sectores importantes de las izquierdas.

En este año en su país se ha difundido un audio de un juez negociando la pena de un violador de una niña y las mujeres salieron a la calle para repudiarlo y recientemente se conoció la denuncia penal contra Alberto Fujimori por las esterilizaciones forzadas, ¿cuánto tiene que ver el movimiento feminista con esto? ¿Qué lugar ha tenido el fujimorismo en la consolidación de tramas discriminatorias y violentas hacia las mujeres y las colectivas LGBTI+ en su país?

Hay una cosa bien interesante: los feminismos estamos ganando las calles nuevamente. Estamos en diferentes momentos, luchando contra la corrupción y por una democracia más amplia, así como por la campaña sobre las esterilizaciones. Esto pasó hace 20/25 años y, sin embargo, en las movilizaciones siempre hay un contingente de mujeres jóvenes que no tiene más de 18 años que canta “somos las nietas de las campesinas que ustedes no pudieron esterilizar”. Trasciende generaciones. Ahora, en relación a lo que está pasando en el país, creo que la única, enorme e importante diferencia es que primero se ubicó la podredumbre corrupta en el Poder Judicial, se la ligó a los partidos políticos, especialmente al fujimorismo, y entonces tenemos a Fujimori padre y a su hija presos. El fujimorismo ha tenido un lugar nefasto por su falta total de democracia y porque creo que el patriarcado está ligado al capitalismo y a la colonialidad, que son las tres dimensiones que ha juntado este partido. Es más, en este momento hay una propuesta de ley en donde asume la ideología de género y pide que se retire de las currículas escolares todo lo que tiene que ver con la mirada de género. Por suerte está teniendo bastante resistencia nuestra y en el Congreso. El gobierno de Vizcarra ha tomado un giro muy interesante…vamos a ver cómo sigue, pero en toda esta debacle antidemocrática tenemos espacios impulsando medidas mucho más democrática y con jueces bastante probos.

En relación a las prácticas democráticas o no, usted, justamente en Clacso participará de dos mesas en las que se propone hablar de patriarcado, fascismo y alternativas democráticas, entre otras cuestiones, ¿qué lugar tienen los feminismos en ese debate?

Es muy dramático. En este momento en América Latina hay una especie de regresión conservadora y Bolsonaro es muy claro. Él no es simplemente un ultraderechista, tiene rasgos profundamente machistas y para nosotras es fundamental develarlo y tratar de analizarlo lo mejor posible, porque incluso también entran a usar lenguaje de derechos. El nivel de polarización es muy dramático y tenemos que ver cómo hacemos una alianza mucho más amplia entre las fuerzas democráticas. Creo, sin embargo, que muchas de esas fuerzas que no se dan cuenta de cómo en toda esta ola conservadora de fascismo y de fascismo social, por decirlo de alguna forma, la mujer, el cuerpo de las mujeres es central. Al no asumirlo dejan simplemente que la lucha de las mujeres vaya por su cuenta cuando es una parte fundamental de la lucha democrática. La cuestión del cuerpo de las mujeres se ve en las grandes propuestas que tienen de eliminar ministerios, la perspectiva de género. El racismo, el sexismo y la homofobia comienzan a tener la posibilidad de ser asumidos por sectores importantes de la población, como los que están más ligados a este avance desde las iglesias evangélicas reaccionarias en alianza con los sectores católicos reaccionarios. Quizá debamos analizar las limitaciones que han tenido nuestros gobiernos “progresistas” a lo largo de este tiempo, pero también hay una mirada conservadora y fundamentalista no solamente religiosa sino que está profundamente ligado al fundamentalismo político, porque sino no te explicarías este tipo de olas tan conservadoras. En ese sentido, creo que lo que está haciendo Clacso es muy interesante porque lo existe en este momento más que teorías es un pensamiento crítico tratando de encontrar las claves para las nuevas situaciones.

Algo de lo que menciona se ha visto en Chile y en Brasil donde han intentado retroceder en leyes de aborto. ¿Cree que se podrá avanzar en Perú para su legalización? (N de R: allí es posible practicarse un aborto terapéutico: cuando la interrupción del embarazo se hace ante el riesgo para la vida o para evitar un daño grave y permanente en la salud de la mujer).

Esta es una lucha tan grande. No es aborto sí o aborto no, el aborto es una expresión de algo mucho más profundo. Es la libertad de la mujer de decidir sobre su propio cuerpo, ser autónoma en su decisión. Esa es la lucha fundamental y es lo que se resiste con todas fuerzas. Esta lucha tiene larguísima data en el país. Ahora hemos entrado a tener negociaciones con algunos de los sectores más avanzados, ya sea desde el gobierno o desde el parlamento, que está dominado por los fujimoristas, pero tenemos presencias muy interesantes de feministas jóvenes en los partidos políticos de izquierda que están tomando con fuerza toda la lucha por el aborto y las causas de las mujeres, el reconocimiento de la no discriminación de los cuerpos… recupera todo lo que es la lucha por las diversidades sexuales.

Retomando lo que decía anteriormente, ¿qué lugar piensa que deberían tomar las izquierdas, las distintas alternativas democráticas, en la región con respecto al movimiento feminista y de mujeres?

Creo que la izquierda tiene que cambiar su mirada, no es posible después de tantos años sigan pensando que las luchas de los feminismos, de las diversidades sexuales, son luchas anecdóticas. Hay cambios. Hay algunos partidos, por ejemplo, Nuevo Perú que se declara ecologista y feminista, son avances indudablemente en los sectores más jóvenes, pero la estructura partidaria tiene que cambiar. Tiene que haber una reforma partidaria para todos los partidos, incluso para los de derecha. Los partidos son importantes pero siempre y cuando no resistan su democratización y sepan cómo articularse con las fuerzas y los movimientos de las sociedades civiles. Ese es el gran reto que tienen por delante y que no están asumiendo como deberían.