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La vigilia verde y feminista que acompañó la decisión de Diputados en Argentina

Las imágenes y videos que circulan sobre la vigilia verde dan cuenta de casi todo lo que ocurrió por esas horas en las inmediaciones del Congreso. La marea verde extendiéndose sobre calle Callao, olas de pañuelos verdes portados por una multiplicidad inconmensurable, la brillantina en los rostros, los carteles en alto, los abrazos y fogatas para hacerle frente al frío que solo cedía ante unos segundos de sol.

Lo que falta en esos registros es el temblor de las manos, los latidos estrepitosos de nuestros corazones y el calor de los gritos compartidos, siempre presentes durante toda la jornada del miércoles, que se extendió, larga y helada, hasta que llegó el desahogo a media mañana del jueves. Hasta ese momento, habíamos transitado sentimientos varios. En un ciclo que se repetía pasábamos de la ansiedad al miedo, de ahí a la desazón y la tristeza, luego a una momentánea esperanza y volvíamos a empezar.  Por momentos el escenario sobre calles Callao y Perón transmitía en vivo lo que ocurría puertas adentro del recinto, y se escuchaban aplausos y chiflidos para celebrar los argumentos a favor.

Los teléfonos perdían la señal y de pronto sonaban sin interrupción. Recibíamos imágenes de vigilias en otras ciudades y apoyo de compañeras de distintos puntos de Latinoamérica. También llegaban rumores y notificaciones: diputados y diputadas que cambiaban su voto, conteos de medios que nunca coincidían, pedidos de asesores para recibir apoyo en las redes. Perdemos por tres, ganamos por uno. En esos momentos, el pecho se nos paralizaba pero bastaba mirar la calle colmada para encontrar algo que era mucho más que un consuelo. Nos repetíamos para adentro y hacia afuera: ya ganamos. Ahí estábamos, el feminismo desplegándose con toda su fuerza, reclamando en miles de voces que queremos decidir sobre nuestros cuerpos. El recuento final validó con los votos a favor una victoria que ya era nuestra.

 

Por Bahía Flores, integrante de Ciscsa, organización argentina integrante de la Articulación Feminista Marcosur (AFM). El relato es sobre la vigilia que el movimiento de mujeres hizo en las adyacencias del Congreso de la Nación de Argentina durante las 23 horas que los/as diputados/as debatieron para finalmente aprobar el proyecto de ley para legalizar el aborto.

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