Iniciativas /Acciones

SOBRE EL FUTURO DEL FORO SOCIAL MUNDIAL

NOTAS PARA LA DISCUSIÓN

Indudablemente existe hoy en el mundo tendencias hacia mayor exclusión , mayor concentración de la riqueza, y agravamiento de las desigualdades entre las regiones pobres y ricas. Se ciernen sobre la vida del planeta mayores riesgos de sobrevivencia debido a la ausencia total de justicia socio-ambiental. En el contexto de la globalización neoliberal los niveles de explotación laboral han aumentado con la desprotección de los mercado de empleo y especialmente el trabajo de las mujeres sobre las que recaen los mayores niveles de desproctección. Por otro lado, es igualmente indiscutible la perdida de la hegemonía unipolar regida por Estados Unidos, para abrirse hacia un capitalismo multipolar, que sigue siendo neoliberal y no necesariamente augura cambios. La AFM identifica también en este contexto tendencias mas duramente conservadoras en el ámbito de las culturas políticas sean tanto por el efecto de la doctrina neoliberal, que coloniza corazones y mentes, sea por la fuerza política de los fundamentalismos de diferentes credos. Los movimientos sociales democráticos, han confrontado con mas fuerza la idea del “fin de la historia”, y esto es también producto de la misma existencia del FSM y el posicionamiento de la idea y la utopía que otros mundos son posibles. Hay en esto una dimensión de cambio simbólico cultural particularmente importante y movilizadora. Los ejes del FSM deben dar cuenta de estos cambios pero también de las nuevas amenazas y asumir una lucha consecuente contra pensamientos únicos.

SOBRE EL FSM

En este sentido, la AFM plantea al FSM que integre la lucha contra los fundamentalismos como uno de sus ejes articuladores. Porque con diversos rostros y máscaras, los fundamentalismos (religiosos, políticos, económicos, culturales) defienden el pensamiento único e inmutable como norma para la sociedad. Los fundamentalismos se aprovechan de la violência y de las guerras. Se asocian al racismo, a la pobreza, y al patriarcado. Actuan especialmente contra las luchas libertarias de los movimientos de muljeres. En todos los casos, pierde la democracia.

Pensamos que el patriarcado actual es un patriarcado capitalista global simbolizado por George Bush. Sus fundamentos inmutables son la primacía de occidente, el neoliberalismo, el militarisamo, para imponerlos junto a un modelo de familia patriarcal tradicional y de una organizacion social sustentada en el control del cuerpo de las mujeres, el control de la participaçion de las mujeres en los espacios políticos y la mantencion de la histórica division sexual del trabajo, que mantiene sobre las mujeres la carga de las múltiples jornadas de trabajo.

Por ello, consideramos que la lucha por la libertad , la diversidad sexual y el aborto es una de las formas más extendidas de oposición a los fundamentalismos en el marco del FSM. Esta lucha esta en consonancia con la Carta de Principios, en su posicionamiento en contra de pensamientos únicos.

Queremos también incidir en la urgencia de democratizar y politizar algunas dimensiones y practicas internas al interior del FSM, si queremos realmente que otro mundo también sea posible.

A nivel “organizativo” ya han sido señaladas por muchas intervenciones los riesgos de la comercialización, terciarizaciòn; se ha comenzado también a dar una importante discusión sobre los recursos, cuantos, desde donde, etc. Sin embargo, junto con estas importantísimas dimensiones, pensamos que hay otras relativas a las dinámicas internas, de relacionamiento, al interior del FSM que requieren urgentemente ser revisadas.

Requerimos ampliar las prácticas incluyentes y aglutinadoras de los diferentes sujetos políticos que confluyen en el FSM; buscar soluçiones coherentes con los princípios ambientalistas en la organización e infra-estrutura de leventos del FSM. Precisamos avanzar mucho aun en actitides respetuosas de cada una de las luchas emancipatorias, en la medida que todas ellas son igualmente importantes.

La AFM comprende que es importante construir el FSM como espacio-proceso no solo para pensar e articular sino también para vivir alternativas Hasta ahora no se consiguió que el FSM sea equitativo, las grandes actividades de los grandes nombres masculinos, muestran la necesidad de que el Forum sea más democrático. La AFM quiere que el FSM sea una vivencia de democracia radical, con igualdad entre personas y movimentos diversos.

Por ello, para la AFM, el FSM es un terreno de despliegue de articulaciones y alianzas, pero también de disputa, frente a desbalances de poder, frente a la urgencia de democratizar las relaciones de género, frente al reconocimiento de la diversidad sexual. Esta dimensión de disputa es una de las características fundamentales de las dinámicas del Foro y la que alimenta los procesos de democratización, en la medida que la democracia es justamente la negociación del conflicto y no su negación. En este sentido, la politización de las diferencias es el mayor acto de libertad en el FSM, en dialogo y en disputa con otros movimientos y redes globales. No silenciar los temas conflictivos que forman parte de la agenda democrática, y que están sistemáticamente silenciados, incluso cuando violan derechos.

Y uno de los temas conflictivos evidenciados con fuerza en el VI Foro en Nairobi ha sido el de los derechos sexuales y derechos reproductivos, particularmente alrededor del derecho al aborto y el derecho a la libertad de opción sexual, desde la presencia de sectores antidemocráticos y anti-emancipatorios de las iglesias.

Queremos expresar claramente que una cosa es la presencia de personas ligadas a las iglesias que aportan a la transformación social, respetando la Carta de Principios, y otra es la presencia de aquellas expresiones religiosas y eclesiásticas que tienen una limitada perspectiva de los derechos humanos, una moralidad que se posiciona contra los pensamientos humanistas y libertarios, cuya acción cotidiana confronta la Carta de Principios y que pretende quitarle a las personas, especialmente mujeres, homosexuales, gays, lesbianas y trans, el reconocimiento de sus derechos, de su libertad y de su autonomía. La presencia de grupos eclesiásticos antidemocráticos, cuya propuesta cotidiana no solo afecta a mujeres y homosexuales sino al mismo espíritu de pluralidad democrática que el Foro contiene, va en contra de la metodología misma del Foro.

Dado que las luchas por la construcción de otro mundo solamente pueden ser exitosas si reconocen la diversidad de identidades y sujetos políticos, afirmamos que el Foro Social Mundial es un proceso abierto a quienes reconocen esta diversidad. Las organizaciones e individuos que promuevan la marginalización, exclusión o discriminación de otros son ajenos a este proceso.

Pensamos finalmente que es importante que el FSM se realice cada dos años, alimentando y alternando la realización del evento FSM con el proceso Foro expresado en iniciativas como las del Día de Acción Global. Y pensamos que el FSM hace tiempo que se distancio de DAVOS, adquiriendo visibilidad y posicionamiento propio. Esa “articulación” de tiempos entre ambos eventos no le da en este momento al Foro ninguna ventaja.

Y justamente porque nuestra utopía y nuestra lucha no es por un mundo mejor en singular es que pensamos que una de las riquezas que el FSM debe preservar es esa pluralidad de visiones, miradas y aportes emancipatorios. El FSM no es una vanguardia, ni representa pensamientos únicos. Por tanto, pretender que tenga declaraciones en nombre del conjunto es mellar su carácter de espacio de confluencia de diversidades.

El respecto de estos principio nos coloca de frente a grandes desafíos metodológicos. La semana de movilización como parte de la construcción del Foro Social Mundial nos parece una iniciativa acertada para dar visibilidad a las luchas y posibilitan un posicionamiento colectivo y la definición de estrategias comunes.

Entre los grandes desafíos del proceso FSM está en demarcar un campo político de confluencia de la sociedad civil planetaria, que nos permita acumular y alterar la correlación de fuerzas en el ámbito mundial, afirmando y fortaleciendo al mismo tiempo el carácter plural y diverso de este campo político.