Por primera vez desde que se hacen los Encuentros Feministas Latinoamericanos y del Caribe (EFLAC), Montevideo fue sede y recibió a 2.200 feministas provenientes de más de 30 países entre el 23 y el 25 de noviembre. Para una ciudad con menos de 1,4 millones de personas, el aumento de población se hizo notar.
A cielo celeste y mucho sol, la Rural del Prado nos recibió vestida de colores, frases y homenajes a grandes mujeres de la Historia. Tres comediantes uruguayas se encargaron de darnos la bienvenida y luego nos dividimos para la primera ronda de asambleas, enmarcadas en diez ejes:
1) Cuerpos, subjetividad y Derechos
2) Racismo y discriminación
3) Violencias urbanas: vivienda, movilidad
4) Desafíos y perspectivas de la economía feminista
5) Democracia, Estado Laico y fundamentalismo
6) Los nombres de los feminismos
7) Guerras y resistencias: expulsiones, tierra y territorio
8) Violencias de género: Ni una menos
9) Autocuidado, protección y buen vivir feminista
10) Autonomía y poder: dilemas y desafíos.
Al mediodía nos reunimos en la sala de almuerzo y continuamos conociéndonos, intercambiando y reflexionando sobre las asambleas. La tarde estuvo dedicada a las actividades autoconvocadas: casi 70 opciones por día. Aborto, mujeres negras, mujeres lesbianas, mujeres rurales, mujeres con discapacidad, comunismo, vejez, violencias, nuestros cuerpos, periodismo, trabajo doméstico, trabajo sexual, embarazo infantil, fundamentalismos, economía, ciencia, tecnología, iglesia, Estado, capitalismo, sexualidad, brujería, arte, droga, salud, juventud, comunicación, acoso sexual, política, sindicalismo, poder… Los temas tratados fueron diversos y enriquecedores.
Además de las asambleas y actividades autoconvocadas, durante los tres días pudimos visitar los espacios de Arte y de Memoria. En el primero se expusieron muestras de audiovisuales, imágenes, poemas. En el segundo se hizo un recorrido por la historia de los EFLAC y los hitos que marcaron al feminismo y la vida de las mujeres en distintos países de la región.
A las 6 de la tarde nos fuimos de la Rural y nos volvimos a encontrar en el Teatro Solís a las 8 de la noche, donde nos recibió Acontece-Danza con una performance en la explanada. Una vez dentro del Teatro, 34 artistas uruguayas nos brindaron un espectáculo inolvidable de música y humor.
El viernes por la mañana fueron llegando más y más mujeres a la Rural, donde comenzamos directamente con la segunda ronda de asambleas. Otra vez paramos para comer, visitar el Circo de los Fundamentalismos, vichar las artesanías, libros y remeras que vendían algunas compañeras. Este día estuvo completamente cubierto por la radio Red Nosotras en el Mundo, que se encargó de poner música y muchísima energía a la calle principal de la Rural. También se armó una batucada feminista iniciada por las compañeras brasileñas, que nos hicieron cantar y bailar con todo el cuerpo.
De tarde nos volvimos a dividir entre las múltiples actividades y, a las 7 y media, nos reencontramos en la Plaza Fabini con la poesía de 14 mujeres, la música de Martinha do cocó, La Juana, Mamachola y Cero Bola, la performance “Soledades” y la danza de La Masa.
El sábado, último día del Encuentro, empezamos la mañana con la Plenaria Final. Representantes de todas las asambleas leyeron las resoluciones de cada eje y distintos grupos de mujeres se subieron al escenario para expresar sus proclamas.
Terminamos la Plenaria con la decisión de postergar la elección de la próxima sede hasta marzo (Argentina, El Salvador y República Dominicana dialogarán y confirmarán, o no, sus candidaturas) y con el último almuerzo compartido. Los autobuses nos estaban esperando en la puerta y salimos rumbo a la explanada de la Universidad de la República, lugar de concentración para la marcha del Día Internacional de Lucha Contra la Violencia hacia las Mujeres.
La manifestación convocó a miles de personas, que escucharon los tambores de la comparsa de mujeres La Melaza y el mensaje de Minou Tavárez Mirabal, hija y sobrina de las hermanas “mariposa” asesinadas el 25 de noviembre de 1960 en la dictadura nicaragüense.
Como la revolución no nos interesa si no podemos bailar, terminamos el Encuentro de la mejor manera: moviendo el esqueleto hasta las 5 de la mañana.